Empresas Familiares Sostenibles
¿Rentabilidad o Sostenibilidad?
Priorizar la sostenibilidad sobre la rentabilidad de corto plazo fue una de las conclusiones del 1er Encuentro de Empresas Familiarmente Sostenibles convocado por la COPARMEX Nacional y el Instituto de Análisis de Política Familiar los pasados 1 y 2 de junio del presente año.
Y es que la sostenibilidad, además de considerar el tema ambiental y sus recursos, abarca el desarrollo social, cultural y económico de las personas. Lamentablemente hemos sobreexplotado estos recursos no tangibles que se generan esencialmente en la familia.
Por Juan Antonio López Baljarg
Es en la familia en donde se forman o se deforman los recursos sociales, culturales y económicos esenciales para cualquier comunidad. Familias funcionales y en desarrollo son el mejor aliado para lograr la sostenibilidad de cualquier comunidad.
Apostar por la sostenibilidad es apostar por el largo plazo y el bienestar para todos, es decir apostar por el bien común. Para ello es importante superar la visión de rentabilidad de corto plazo, de beneficios unilaterales y que pone al centro la ganancia económica. Hoy se debe apostar por una visión de sostenibilidad de largo plazo, de beneficios y responsabilidades compartidas y que ponga al centro a las personas y a sus familias.
Este cambio de visión requiere de todas las personas y todos los sectores de la sociedad: gobierno, empresas, organizaciones sociales, familias… juntos podemos y debemos trabajar de la mano para lograr un cambio cultural para materializar un ganar-ganar social en el tiempo.
En lo que respecta a las empresas, en el Instituto de Análisis de Política Familiar, en colaboración con Coparmex Nacional, hemos impulsado 5 pilares para promover Empresas Familiarmente Sostenibles, fruto de un estudio comparado de políticas y certificaciones en países de Europa, Norteamérica y Sudamérica:
1. Desarrollo Económico Patrimonial a través del fomento de prestaciones de ley, seguridad social, educación financiera, entre otros.
2. Equidad entre mujeres y hombres a través de licencias maternas y paternas, equidad salarial y laboral, fomento de la lactancia, entre otros.
3. Flexibilidad Espacial y Temporal a través del teletrabajo o home office, de horarios flexibles, permisos familiares, entre otros.
4. Salud Física y Mental promoviendo centros libres de violencia, fomento a actividades deportivas y culturales, jornadas de trabajo óptimas, entre otros.
5. Formación e Integración Familiar como el fomento de habilidades familiares según su etapa de vida familiar, actividades familiares de los colaboradores, entre otros.
¿Qué sigue?
Conocer en dónde estamos. Promover diagnósticos en nuestros centros de trabajo para detectar las fortalezas y necesidades de nuestros sistemas de gestión y de nuestros colaboradores.
Sensibilizar y promover. Fomentar una cultura de Balance Trabajo-Familia en todos los niveles de nuestras organizaciones.
Movernos al cambio. Implementar acciones y procesos a favor del Balance Trabajo-Familia de acuerdo con las necesidades y posibilidades de los colaboradores y de nuestros centros de trabajo.
Según UNICEF, las políticas orientadas a la familia en los centros de trabajo tienen un rendimiento de 3 a 1 debido al aumento de retención de colaboradores con experiencia y calificados (reduciendo tasas de rotación y costos de reclutamiento y capacitación) y al aumento de la productividad de colaboradores (reduciendo ausencias y estrés y aumentando el aprendizaje y la innovación).
Los primeros pasos ya se han dado hacia una labor corresponsable de todos los sectores para lograr un cambio de visión de la rentabilidad económica a la sostenibilidad familiar.