México avanza en Trabajo Decente pero persiste desigualdad laboral

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 Aun cuando la pandemia impactó significativamente el mercado laboral, la mayoría de los indicadores de Trabajo Decente apuntan a una mejora, lenta pero continua, de las condiciones laborales en México; no obstante, persisten retos para alcanzar igualdad de oportunidades y trato en el empleo entre hombres y mujeres, revela el reporte Trabajo decente en México, 2005-2022: Análisis con perspectiva de género.

En este estudio, presentado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School, con el apoyo de Gentera, se construyeron 16 indicadores que conforman el marco de referencia de los diez elementos sustantivos establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para la medición del Trabajo Decente. Además, se generaron 14 brechas de género para conocer el avance en términos de la equidad entre mujeres y hombres, con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) con datos al primer trimestre de cada uno de los 18 años que se incluyen en la investigación.

Al presentar los resultados, Benjamín Alemán Castilla, profesor del área de Entorno Económico de IPADE, explicó que, a nivel general, la precariedad en el empleo continúa su tendencia decreciente y mantiene una brecha con tendencia equitativa entre mujeres y hombres. Asimismo, continúa la tendencia de disminución en la segregación ocupacional. La cifra de mayor igualdad (0.55) se presentó en el 2022.

Sin embargo, detalló, también se puede observar que tanto mujeres como hombres presentan incrementos en la pobreza laboral, con cifras alrededor de 44% para ambos. Dichas cifras son las más altas del periodo. Este resultado se relaciona con “Trabajadores con salarios bajos” donde la tendencia es creciente, tanto para hombres como para mujeres. Las mujeres muestran con mayor frecuencia salarios bajos en comparación con los hombres, lo que se refleja en una brecha de 0.972.

Entre los hallazgos, también destaca que en 2022 el empleo informal femenino fue de 55.6%, por lo que todavía no regresa a las cifras anteriores a la pandemia (57%), lo que probablemente implica que todavía las mujeres no han podido retornar por completo a los espacios laborales. Sin embargo, se observa un incremento respecto a 2021, cuando la tasa de empleo informal fue de 54.4%. Por otro lado, el empleo informal entre los hombres ascendió a 55%, cercano al periodo prepandemia de 55.5%. La pandemia disminuyó el trabajo informal femenino de manera abrupta, mientras que para los hombres el impacto fue menor.

“Permanece la tendencia del indicador a la baja, es decir, existen mejoras que apuntan al trabajo decente en este tema. Por otro lado, la presencia de las mujeres en alta y media dirección sigue en aumento, alcanzando una participación de 38.6% en el 2022, el dato más elevado de 2005 a la fecha”, destacó el académico.

De acuerdo con el profesor, la mayor diferencia entre mujeres y hombres se observa en el indicador Jóvenes sin estudiar, capacitarse o trabajar, donde el porcentaje para las mujeres en 2022 es 26.3%, muy alto comparado con el 9.7% de los hombres. Es decir que la brecha asciende a 2.7 veces, en perjuicio de las mujeres.

Por otro lado, la cobertura en seguridad social sigue siendo mayor en las mujeres que en los hombres (39.9% vs. 37.8%, respectivamente). “En este caso, los datos siguen siendo mayores a los registrados antes de la pandemia para ambos grupos, por lo que es un buen resultado que deberíamos procurar mantener”, explicó Alemán Castilla.

Asimismo, otro elemento diferenciador es que los hombres muestran mayor frecuencia de jornadas excesivas (31.5%) que las mujeres (19.0%). Sin embargo, respecto al tiempo libre, los hombres cuentan con 117 horas semanales, contra 109 de las mujeres. “Aunque la tendencia del tiempo libre femenino es creciente, lo que con lleva una mejora en el periodo de estudio, los hombres siguen sin destinar tiempo significativo a las labores del hogar”, resaltó el investigador.

Finalmente, el estudio muestra que el trabajo infantil se presenta con mayor persistencia en los niños (17.9%) que en las niñas (7.6%).

“Es importante promover la difusión de investigación de vanguardia que provea información para incrementar la armonía entre los aspectos profesional/laboral y familiar, así como brindar cifras que permitan conocer los retos y las oportunidades respecto a la meta de trabajo decente y crecimiento económico de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, afirmó, por su parte, Ayleen Cortés Sandoval, Directora de Filosofía y Vocación Social de Gentera. “Gentera comprende la relevancia de los diferentes roles que desempeñan las mujeres, especialmente las que trabajan, quienes se han visto afectadas ante la complejidad de tener que cumplir con distintos roles durante y después de la pandemia”.

Si deseas consultar el estudio completo, lo encuentras aquí

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