Don Lorenzo Servitje: una vida por el bien común
Estos días pasados no han sido para mí de tristeza o pesar, tal vez vendrán después, han sido los días más plenos, más llenos de vida, de bendiciones y de emociones positivas que he tenido en mis 57 años.
Hemos recibido en la familia innumerables muestras de afecto pero, sobre todo, miles de ejemplos de cómo mi padre a lo largo de su muy fructífero paso, fue tocando vidas de muy diferentes edades, intereses y grupos.
En el jardín de su casa hay un ciruelo que recién empieza a florecer. Tal como lo hizo 15 años atrás en la muerte de mi mamá y que por lo mismo, era muy querido para él.
Quiero que sepan que el legado de Don Lorenzo, es hoy nuestro legado, el legado de todos. Sus principios, sus enseñanzas, su trayectoria, en lo mucho o poco que los haya tocado, es ahora de ustedes también.
Mi esperanza, mi invitación es que esas flores del ciruelo de Don Lorenzo crezcan en cada de uno de nosotros para que continuemos mejorando a nuestra persona, a nuestra familia, a nuestra empresa y a nuestro país, así como lo hizo él. Ese será el mejor ofrecimiento que le podremos hacer.
Muchas gracias.
Daniel Servitje Montull
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