CDMX sin agua, una posible realidad
Considerar que en un futuro cercano el agua podría acabarse es para algunos un panorama casi imposible de imaginar, sin embargo, día a día aumenta el número de ciudades que afrontan retos en materia de abastecimiento de agua. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable en su hogar, lo que les obliga a trasladarse a lugares lejanos para obtenerla o pasar horas formadas para recibir el vital líquido de una pipa.
Uno de los casos más recientes de desabasto es la Ciudad del Cabo en Sudáfrica, la cual a principios de este año fue la primera urbe del mundo moderno en quedarse sin agua potable. Los cuatro millones de habitantes de la ciudad tuvieron que aprender a vivir con un suministro diario de sólo 50 litros; si tomamos en cuenta que en México una persona consume en promedio 366 litros de agua al día, podemos imaginar el gran reto que representaría realizar nuestras actividades cotidianas con esa mínima cantidad.
La Ciudad de México podría afrontar esta situación en un futuro no muy lejano. Según proyecciones de expertos de Naciones Unidas, la demanda global de agua potable sobrepasará el suministro en 40% para el año 2030, debido a una combinación de factores como el cambio climático, la acción humana y el crecimiento demográfico; ellos destacan que una de las once ciudades con mayor probabilidad de quedarse sin este recurso es la capital de nuestro país, a la que se suman Sao Paulo (Brasil), El Cairo (Egipto), Moscú (Rusia), Londres (Reino Unido), Tokio (Japón) y Miami (Florida, Estados Unidos).
En ese contexto, el próximo 31 de octubre la Ciudad de México experimentará un mega-corte de agua que afectará a 13 de sus 16 alcaldías. Durante cuatro días, los capitalinos tendrán que aprender a administrar de manera cuidadosa el agua para contar con las condiciones higiénicas y alimentarias adecuadas. A pesar de ser un periodo corto, sin duda ayudará a crear consciencia de la importancia de cuidar uno de los recursos más básicos para la subsistencia de los seres humanos.
Pero, ¿qué pasaría si el desabasto sostenido se vuelve una realidad? Para 44 millones de mexicanos es una situación vigente, algo que en algunas décadas podría trasladarse a toda la población, por lo que implementar desde ahora acciones que contribuyan al cuidado del agua podría hacer la diferencia entre vivir en armonía con el recurso o enfrentar un desabasto que afecte a todos por igual.
Afortunadamente los avances tecnológicos avanzan cada día, los cuales también ayudan en la optimización del recurso. En ese sentido, una de las compañías globales que está liderando la gestión del agua es Veolia, la cual abasteció de agua potable a 96 millones de personas a través de la implementación de procesos tecnológicos innovadores. Un ejemplo son las plantas desalinizadoras de agua de mar que Veolia tiene en España, Australia e Iraq, que ayudan a abastecer de agua potable a pequeñas ciudades e incluso al sector industrial.
A nivel global, Veolia cuenta con una red hidráulica de 308,902 kilómetros, lo que equivale a darle la vuelta al mundo casi ocho veces. En México, hasta el año pasado abasteció de agua potable a 3.27 millones de mexicanos, gracias a las 205 fuentes de agua con las que cuenta; su red de tuberías a nivel local es de 2,879 km, distancia similar a la que hay entre la Ciudad de México y Tijuana, Baja California.
Si bien la tecnología es un gran aliado para extender la vida de los recursos naturales, sólo se podrá ver un cambio verdadero si se acompaña de acciones que promuevan el cuidado de los mismos. La coyuntura que experimentará la capital de nuestro país en los próximos días, más que una problemática puede ser una oportunidad para empezar a cambiar los patrones de consumo y, de esa manera, asegurar que en los próximos años no sólo tenga agua sino que ya sepa cómo conservarla y optimizarla.
Expertos prevén que a este ritmo, toda el agua consumible se habrá agotado para el 2050. Aún estamos a tiempo de extender la vida del vital líquido y por consiguiente la de todos los seres vivos del planeta. Hacer un uso adecuado de ella es responsabilidad de cada persona.