Estilo de vida sostenible
Pamela Alva
Poco a poco empezó a surgir con fuerza la sostenibilidad como una mega tendencia y un imperativo y oportunidad estratégica para las compañías.
Persuadir a las personas para animarlos a consumir más, y no necesariamente mejor, ha sido el eje central que ha impulsado el modelo económico durante décadas. El nivel de progreso alcanzado por las llamadas economías desarrolladas ha sido impresionante en términos económicos, pero muy limitado y decepcionante en términos humanos. Son numerosos los estudios que prueban el costo en recursos naturales y sociales que este modelo de consumo ha generado.
Estamos ante un cambio de época, donde los consumidores exigen algo más relevante y significativo que tenga un impacto real y positivo en sus vidas, en las de quienes los rodean y en el entorno en el que viven. Ahora, más que nunca, las marcas tienen la oportunidad de crear un nuevo estilo de vida, adaptado a una nueva realidad que cree un futuro distinto y más sostenible para todos.
En 1986 la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el concepto de “estilo de vida” como
“una forma general de vida basada en la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta determinados por factores socioculturales y características personales”.
¿Qué aporta el término “sostenible” a nuestro “estilo de vida”?
en el marco del Proceso de Marrakech encontramos una de las definiciones más consensuadas: estilo de vida sostenible consiste en “dar respuesta a las necesidades básicas, ofrecer una mejor calidad de vida, minimizando el uso de recursos naturales y emisiones y sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras”.
Poco a poco empezó a surgir con fuerza la sostenibilidad como una mega tendencia y un imperativo y oportunidad estratégica para las compañías. La sostenibilidad se percibe no solo como una responsabilidad para las empresas, sino como una oportunidad a largo plazo. Tiene un enfoque positivo y holístico, aportando soluciones a través de la innovación y la colaboración que integra a todas las áreas de la compañía.
El rol que los ciudadanos esperan de las marcas es más amplio, profundo y duradero. Requiere un cambio radical en la mentalidad y filosofía de las organizaciones, y en la forma de construir la relación de las marcas con los ciudadanos y otros grupos de interés. Para que una empresa/marca sea relevante, debe transformar sus bienes, servicios, operaciones y comunicación en valor y bienestar tangible, positivo y duradero para las personas, comunidad y entorno.
Bajo esta nueva mentalidad han surgido muchas empresas para las cuales la sostenibilidad es parte de su ADN, son marcas que contemplan la sostenibilidad de una forma holística, beneficiando a su negocio, la comunidad y las personas. Las industrias creativas, como la moda y la belleza, son las pioneras en apostar por este esquema de negocio, que ya forma parte de nuestro presente inmediato.
Dentro de la industria de la moda es importante mencionar a Eilean Organic Couture, marca de moda sostenible que comenzó en 2012 y se convirtió en 100% sostenible y orgánica en 2016. Está diseñada y producida en México. Su filosofía es alentar a los consumidores a adoptar una forma consciente de comprar, investigando y conociendo de dónde proviene el producto y su impacto en el medio ambiente.
Por su parte en la industria cosmética podemos mencionar la marca Ahal, una marca mexicana que está a la vanguardia con la cosmética orgánica mundial. Combina diversos ingredientes mexicanos y de todo el mundo para lograr la mejor calidad en sus productos. Toman en cuenta la importancia del comercio justo, por ello obtienen la mayor parte de estos ingredientes de pequeños productores y comunidades indígenas que los producen de manera sustentable. Sus productos se caracterizan por ser sustentables, libres de sintéticos, libres de crueldad animal y no probado en animales, libres de fragancias y amigables con el medio ambiente.
Ahora, más que nunca, las marcas tienen la oportunidad de crear un nuevo estilo de vida, adaptado a una nueva realidad que cree un futuro distinto y más sostenible para todos.
Estos son ejemplos a nivel nacional, pero internacionalmente marcas como Mango, que a través de sus iniciativas Made In Green no solo ha logrado adoptar prácticas más sostenibles, sino que está ayudando al consumidor, sobre todo a través de su comunicación en el punto de venta a realizar mejores elecciones de compra y así poder adoptar estilos de vida más sostenibles. La empresa Nike ha sabido perfectamente adaptarse a esta “nueva” comunicación, focalizándola en algo más allá de los atributos de sus zapatillas, no sólo comunica material deportivo, sino que ha logrado crear una comunidad donde incentivar a las personas a realizar deporte, a sentirse mejor con ellos mismos, ha creado una comunidad a través de diversas aplicaciones como Nike + running. Y en el ámbito del cuidado personal, marcas como Lush, The Body Shop e Yves Rocher, promueven el uso de ingredientes que no dañen la piel ni el medio ambiente, el reciclaje de envases, se oponen al uso de plástico, apoyan la filosofía de cero empaques, además de que se suman al comercio justo y cuidado del ecosistema.
Empresas y marcas necesitan adaptar el lenguaje, los mensajes y los medios para llegar a la mente, corazón y alma de las personas.
La comunicación de la marca debe ayudar a construir y dar valor a la misma. Empresas y marcas necesitan adaptar el lenguaje, los mensajes y los medios para llegar a la mente, corazón y alma de las personas. Si se quiere promover el cambio, se necesita una comunicación atrayente, inspiradora, realista/creíble y sobre todo relevante. Las empresas y marcas tienen la oportunidad de convertirse en nuestros partners y ayudarnos, incentivarnos y orientarnos, a adoptar hábitos de vida más sostenibles de una forma relevante y atractiva, asumiendo un rol transformador en nuestra vida y en la de nuestro entorno.