Transformación digital

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Transformación digital

Carl Rianhard

Cuando un ciudadano reciba Internet, tiene que saber para qué le sirve, de lo contrario, seguirán perdiendo todo su tiempo en actividades irrelevantes y poco útiles.

Estamos viviendo en una época realmente sin precedentes, ya que por primera vez en la historia miles de millones de personas están conectadas a las redes, lo que permite que accedan a cualquier tipo de información de manera inmediata en cualquier momento y lugar. Las empresas están aprovechando esta oportunidad para potencializar sus cadenas de valor, de una forma nunca vista, por ejemplo: en la actualidad artesanos y pequeños productores pueden comunicarse (redes sociales, mensajería instantánea, páginas web, etc.) con sus clientes finales de una forma ágil y eficiente, todo esto gracias a la tecnología.

Claro que existen desafíos y retos importantes a los que nos enfrentamos, aún tenemos hackeos de manera cotidiana, que provocan costosas inversiones en seguridad. Las leyes, por ejemplo, todavía no son claras en el uso de las redes transfronteras.

Sin embargo, es más preocupante que la tecnología no se utilice para cosas positivas y productivas, es increíble que hoy existan adictos a Facebook o a los smartphones, el resultado es que en la actualidad existen médicos especialistas o institutos que están tratando padecimientos provocados por la tecnología.

En México seguimos hablando de la Reforma de Telecomunicaciones y la Conectividad, pero deberíamos cuestionarnos si acaso no nos estamos equivocando, y mejor deberíamos enfocarnos a responder: ¿Por qué y para qué queremos la conectividad? Mientras que Corea del Sur apostó por la tecnología para el desarrollo de competencias digitales como una prioridad en la educación, instruyendo a los profesores para que integren y usen las TIC en sus clases; en México todavía vivimos un gran rezago en este aspecto, debido a que la mayoría de los mexicanos perciben a las Tecnologías de la Información y Comunicación como instrumentos de diversión y entretenimiento.

El Estudio de Consumo de Medios y Dispositivos (2018) indica que los mexicanos consumimos principalmente servicios de streaming de video en un 76%; música o audio en un 46% y videojuegos en un 15%. Desde mi punto de vista, el reto no es cómo cambiar estos hábitos, sino cómo aprovechar estas herramientas para contribuir al desarrollo del país; analicémoslo de esta forma: ¿Qué tal si desarrollamos videojuegos que no sólo muestren violencia, sino que nos ayuden a desarrollar valores? Al final del día, Internet vino a ofrecer a la humanidad cosas maravillosas, pero es nuestra responsabilidad ser prudentes.

Otra muestra de potencializar la tecnología para impulsar el desarrollo de un país es el gobierno de la India, que lanzó un plan nacional digital con el propósito de que la gente se bancarizara para reducir el uso del dinero en efectivo. Los resultados han sido sorprendentes. No afirmo que a ellos no les interese entretenerse, por supuesto que sí, pero existe un plan en el cual los ciudadanos y el país se benefician, no solamente lo utilizan para entretenerse.

Con respecto a nuestro grandioso México, Internet puede traer enormes beneficios como incrementar nuestra competitividad o agilizar y reducir trámites (un problema que nos aqueja a millones de mexicanos). Considero que el buen uso de las redes digitales puede agregar bienestar y riqueza a los ciudadanos; existe evidencia según informes de la OCDE, del incremento en el PIB per cápita cuando se cuenta con conectividad y procesos productivos.

Uno de los temas más relevantes del actual gobierno es el apoyo a los jóvenes, yo recomendaría que el programa tuviera un elemento digital que permitiera la formación autodidacta. Una buena educación conlleva a tener empleos competitivos y por lo tanto una mejor calidad de vida. Las empresas que abran sus puertas a los jóvenes merecen conocer las competencias de cada uno de ellos para realmente poder impulsarlos.

Si recordamos el TLC original, México se convirtió solamente en un maquilador con horas hombre baratas, por ello es importante que el foco no sea darle la beca a un joven, sino optimizar su potencial como un gran prospecto de líder en México. Este gobierno reconoce el valor de las personas y me es gratificante, porque el futuro del mundo se regirá por el talento del Capital Humano, y este gobierno está dando el primer paso para eso.

Culmino con la idea de que la tecnología por sí misma no sirve de nada, conectar a todos los mexicanos no es el punto. Si me lo permiten, yo recomiendo un plan nacional digital que incluya redes productivas, cadenas de valor, bancarización a muy bajo costo, una red de conocimientos y certificaciones digitales de calidad para oficios y profesiones. Cuando un ciudadano reciba Internet, tiene que saber para qué le sirve, de lo contrario, seguirá perdiendo todo su tiempo en actividades irrelevantes y poco útiles.

Un plan nacional con banda ancha que sea catalizador de nuestra economía es un sueño que desde hace varios años ronda en mi cabeza.

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