La Discapacidad y las Barreras para la Inclusión

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La Discapacidad y las Barreras para la Inclusión

Lamentablemente, en México y el resto de Latinoamérica estamos más familiarizados con las barreras que con los facilitadores

Por Dr. Emmanuel Duvignau D.

Discapacidad

Más de mil millones de personas en todo el mundo viven en condición de discapacidad, de los cuales 200 millones tienen una forma severa de esta condición. La prevalencia del número de personas en esta condición va en aumento como respuesta a un mayor número de adultos mayores, al incremento de la frecuencia de enfermedades crónicas y a las cada vez mayores posibilidades de sobrevida de nacimientos prematuros y de víctimas de accidentes y lesiones graves.

En México, el INEGI (2010) informó que el total de personas con alguna limitación fue de 4 527 784 de las cuales la gran mayoría presentaban limitaciones para la movilidad, seguido de limitaciones visuales, auditivas y para hablar o comunicarse. Ese mismo Instituto informó que aproximadamente el 70 % de las personas con alguna limitación tenían entre 30 y 84 años, por lo que la gran mayoría de las personas con los diversos tipos de discapacidad se encuentran en la etapa adulta.

Definiendo el término

Cuando mencionamos la palabra discapacidad, nos referimos a un concepto que varía dependiendo la cultura e idiosincrasia de cada pueblo, pero en general, la Organización Mundial de la Salud la define como “aquella en la que se encuentran limitadas las actividades y en la que la participación se encuentra restringida”, esto dentro del marco de la CIF (Clasificación Internacional de la Función) emitida también por la OMS con el fin de describir de manera muy específica todas aquellos elementos que definen para cada persona las actividades afectadas y su nivel de participación dentro de su entorno.

En México, la Ley General de Inclusión para las Personas con Discapacidad la define como

“La consecuencia de la presencia de una deficiencia o limitación en una persona, que al interactuar con las barreras que le impone el entorno social, pueda impedir su inclusión plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás”.

Como ejemplo podríamos mencionar el caso de un menor con parálisis cerebral (condición generada por una lesión cerebral irreversible) que cuenta con limitación importante para el aprendizaje (actividad) y que tiene al mismo tiempo una restricción moderada para ser incluido en una escuela de educación regular (participación).

Barreras y facilitadores

Pero no sólo la limitación de actividades y la restricción en la participación de una persona son los únicos elementos que conforman las diversas discapacidades; también hay que considerar en qué grado el individuo mismo y su entrono afecta la condición de discapacidad de una persona, para lo cual existen dos conceptos más: las barreras y los facilitadores.

Los facilitadores son aquellos que favorecen la inclusión de una persona con discapacidad y pueden estar presentes en el entorno más próximo del individuo tal y como lo podría ser un entorno familiar sólido y comprometido o bien no tan cercanos pero que del mismo modo afecta positivamente en el proceso de inclusión como lo podría ser un acceso adecuado y libre a los servicios de salud locales o el hecho de que el gobierno local promueva y obligue la inclusión laboral de las personas con discapacidad.

Pero muy por del otro lado están las barreras, que lejos de promover la inclusión de las personas con discapacidad, constituyen un obstáculo para el desarrollo y el ejercicio de los derechos de las personas en esta condición.

Lamentablemente, en México y el resto de Latinoamérica estamos más familiarizados con las barreras que con los facilitadores. Tanto en las barreras como en los facilitadores existen actores primordiales que deben de garantizar la eliminación de las primeras y la promoción e implementación de los segundos.

El último Informe Mundial sobre la Discapacidad (OMS, 2011) menciona las principales barreras que han sido detectadas en los países firmantes en la Convención Mundial de los Derechos de las Personas con Discapacidad y que son:

  • Políticas y normas insuficientes
  • Actitudes Negativas
  • Prestación insuficiente de servicios
  • Problemas con la prestación de los servicios
  • Financiación insuficiente
  • Falta de accesibilidad
  • Falta de consulta y de participación
  • Falta de datos y pruebas

Evidentemente, las barreras mencionadas anteriormente son preocupantes debido a que en su mayoría son obstáculos impuestos por los mismos Gobiernos. El rezago en materia de inclusión a nivel global es alarmante y más aún cuando los encargados de proteger a sus grupos vulnerables no están garantizando la inclusión ni la participación social de las personas con discapacidad.

Como médico Especialista en Medicina de Rehabilitación procuro -al igual que mis colegas de la especialidad- que cada persona con discapacidad que atiendo cuente con el mayor número de herramientas para lograr su inclusión; desde el punto de vista médico nuestra participación en el proceso de inclusión es uno de los más importantes, pero no es el único ni el final. Nuestra labor se ve entorpecida y abruptamente interrumpida cuando la persona avanzó satisfactoriamiente en su proceso de rehabilitación pero que a final de cuentas no puede obtener un empleo, no participa activamente en su entorno o no puede ser incluido en algún centro educativo. O más grave aún es que cuando para el proceso exitoso de rehabilitación una persona deba contar con un dispositivo especial y el gobierno es incapaz de proveerlo y a causa de ello, la persona retrocede en su evolución y comienza con complicaciones que llegan a tal punto de poner en riesgo su vida.

¿Y qué hacer?

La respuesta es muy simple: Incluir. El cómo hacerlo requiere de cambios profundos en la estructura de todo un país, desde el mismo marco jurídico hasta acciones materiales que garanticen la inclusión de todas y de cada una de las personas con discapacidad lo cual a su vez necesita de una gran inversión económica y de recursos humanos, de sensibilización, de voluntad, de conocimiento técnico y de gran responsabilidad.

La Organización Mundial de la Salud emitió una serie de recomendaciones para todas aquellas naciones que ya han iniciado de uno u otro modo la eliminación de barreras como parte del proceso de inclusión dentro de las cuales sobresalen 3 recomendaciones:

  • Invertir en Programas de apoyo y de servicios específicos para las personas con discapacidad.
    • Lo que implica en primer lugar estar conscientes de la diversidad y en segundo lugar conocer las necesidades que tienen las personas con discapacidad para estar en igualdad de oportunidades, a la par que sus congéneres para tener el mismo desempeño. Aquí se incluyen servicios de salud, de educación, de empleo de transporte y de acceso a dispositivos de asistencia y tecnologías de la comunicación.
  • Asegurar la participación de las personas con alguna discapacidad.
    • Las personas con discapacidad tienen derecho a controlar su vida, y, por tanto, deben ser consultadas sobre cuestiones que les incumban directamente, bien sea salud, educación, rehabilitación o vida comunitaria. Puede ser necesario apoyar la toma de decisiones para hacer posible que algunos individuos comuniquen sus necesidades y elecciones.
  • Fomentar la sensibilización pública y la información sobre discapacidad.

Es un elemento indispensable para que cualquier política pública funcione; actualmente existe poca voluntad de cambio en muchos entornos laborales, sociales y educativos que obstaculiza de manera importante el proceso de inclusión ya sea por pensamientos preconcebidos acerca de la discapacidad o por falta de información efectiva que incite al cambio de actitud respecto al modelo incluyente.

Como médico Especialista en Medicina de Rehabilitación procuro -al igual que mis colegas de la especialidad- que cada persona con discapacidad que atiendo cuente con el mayor número de herramientas para lograr su inclusión.

¿Y las Empresas Socialmente Responsables?

Dentro del muy característico proceso dinámico que define a las empresas socialmente responsables, podemos englobar en dos aspectos las acciones que pueden ofrecer estas empresas dirigidas a las personas con algún tipo de discapacidad:

  1. Como consumidores. Evidentemente el colectivo de personas con discapacidad es inmenso no sólo en número sino en características físicas, socioeconómicas y otras más que hacen de este un grupo tan diverso que a las mismas empresas les rinda la oportunidad de ofrecer productos, empaques y publicidad que encuentren no sólo atractivo, sino útil desde el punto de vista funcional e inclusivo. Por ejemplo, la industria farmaceútica ofrece empaques con relieve en Braile dirigido a las personas ciegas; una reconocida marca de juguetes diseña un personaje con un auxuliar auditivo.
  2. Como empleados. Una empresa que incluye a personas con discapacidad dentro de su capital humano tiene el deber de ofrecerle las herramientas necesarias para que se desempeñe de manera efectiva y pueda aprovecharse el gran potencial que cada individuo es capaz de ofrecer. Para lograr este rubro es necesaria la asesoría de expertos en inclusión con el fin de:
  • Eliminar las barreras arquitectónicas en el lugar de trabajo
  • Aplicar tecnologías de la información incluyentes
  • Determinar las tareas de cada empleado dependiendo de sus habilidades residuales
  • Establecer un programa laboral que en realidad sea incluyente y no discriminativo.

Las recomendaciones existen por parte de la OMS y en México contamos con elementos regulatorios importantes que van dando forma al proceso de inclusión y de eliminación de barreras (NOM-015, NOM- 008, NOM-030, Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, etc.). Existen cambios profundos en gran parte del país, pero existen huecos importantes que constituyen un reto para todos los mexicanos como sociedad.

  1. Referencias y material de consulta. Estadísticas sobre discapacidad en México: https://www.inegi.org.mx/temas/discapacidad/
  2. Informa Mundial Sobre la Discapacidad, 2011, OMS: https://www.who.int/disabilities/world_report/2011/es/
  3. Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad: https://www.un.org/esa/socdev/enable/documents/tccconvs.pdf
  4. Ley General Para la Inclusión de las Personas con Discapacidad: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGIPD_120718.pdf

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