La creación o la destrucción de valor, la decisión de la empresas
Por Ernesto Villegas
No hay duda de que nuestros clientes nos prefieren por todo el valor que podemos generarles, ya sea porque les ofrecemos un producto de alta calidad y desempeño, porque les brindamos un extraordinario servicio o porque tenemos la capacidad de generarles una experiencia única, qué mejor si podemos ofrecerles todo esto al mismo tiempo. Sin embargo hoy en día, esto ya no es suficiente, quieren saber la manera en cómo creamos este valor, ya no sólo cuenta lo recibido, sino también, cómo fue construido y multiplicado para beneficio de muchos otros grupos de su interés, personas y organizaciones con los que la empresa y ellos tienen relación.
“El valor percibido por el cliente crece por el producto que le entregamos, el servicio que le ofrecemos, la experiencia que le generamos, los valores que con él compartimos y el liderazgo que demostramos para construir un mundo mejor”.
Los consumidores, los colaboradores, los proveedores, los accionistas y en general todas las personas con las que la empresa tiene relación son más conscientes y responsables, es por ello que exigen de las empresas un comportamiento acorde con sus valores, les interesa saber cuáles son esos pilares de actuación sobre los cuales la organización se desenvuelve, están cada vez más informados sobre las prácticas en temas sociales, ambientales y de buen gobierno, que por sus siglas en ingles se les conoce como “ESG” (Environmental Social and Governance) y ya no pueden entender a la empresa sin esa creación de valor de triple impacto, e inclusive, buscan que se les haga partícipes de ello, están dispuestas y comprometidas a co-crear soluciones conjuntas que permanezcan en el tiempo.
“Las prácticas ESG son impulsores de competitividad, innovación y diferenciación para los negocios”
Gracias a este diálogo que tiene la empresa con sus diversos grupos de interés, se pueden identificar y atender los aspectos que son más importantes para ellos, en lo social, por ejemplo, la generación de fuentes de empleo bajo mejores condiciones laborales y acordes al contexto en el que hoy nos desenvolvemos, en donde se promueva la igualdad laboral, el desarrollo de los colaboradores y la no discriminación, por mencionar sólo algunos aspectos. En el tema ambiental, las empresas y las personas tenemos una deuda moral por el daño enorme que le hemos causado al planeta, la afectación a los ecosistemas y la contaminación, se ven reflejados en el cambio climático, los efectos ya los estamos sufriendo y urge que tomemos medidas efectivas para revertir estas situaciones indeseables, las empresas y quienes las integramos, podemos y debemos ser protagonistas en la construcción de un mundo más sostenible y por supuesto hacerlo de la mano de nuestros clientes, quienes inclusive estarán dispuestos a pagar un precio mayor por el valor que nuestros productos y nuestras “acciones” generan para la sociedad.
Finalmente las empresas requieren de principios y normas que regulen la estructura y el funcionamiento de sus órganos de gobierno, que den dirección al negocio para garantizar su sostenibilidad en un contexto tan cambiante como en el que hoy vivimos, que demuestren su liderazgo, que fomenten el diálogo con sus principales grupos de interés, para atender los asuntos más importantes dentro de su ámbito de influencia, que evalúen sus resultados, que gestionen sus riesgos y que operen con prácticas de transparencia y rendición de cuentas.
“Si no estamos construyendo valor, muy posiblemente lo estamos destruyendo”
Estamos viviendo en una revolución del conocimiento, tenemos la oportunidad de construir valor a partir de los aprendizajes que en el mundo se están teniendo, las barreras del conocimiento constantemente se están moviendo y el ecosistema empresarial cada vez es más dinámico, no es casualidad que los esfuerzo que encabeza la ONU a través del Pacto Mundial (United Nations Global Compact) agrupen al día de hoy alrededor de 16,500 empresas en todo el mundo con redes de colaboración en más de 85 países, hay un llamado a la acción y de no responderlo, no solo no crearemos valor, sino que lo destruiremos y seguramente nuestra organización no vivirá mucho tiempo para verlo.
“El propósito de las empresas es colaborar con todos sus grupos de interés, en la creación de valor compartido y sostenido”
Me parece que el mayor reto que tenemos las personas y todas las organizaciones es el de crear valor en el entorno VICA (Volátil, Incierto, Completo y Ambiguo) en el que vivimos, en donde también los modelos de negocio se reconfiguran constantemente y los ciclos de gestión estratégica se están reduciendo. Sin embargo, también con esta agilidad se está respondiendo en el entorno empresarial, con gusto he visto cómo una de las herramientas más poderosas de gestión, se ha adaptado a esta nueva realidad de creación de valor compartido, me refiero al Tablero de Control desarrollado por Kaplan y Norton, que hoy se ha actualizado para ofrecernos un Tablero de Control de Triple Impacto en donde si bien cuenta lo económico, lo hace en un balance con lo ambiental y lo social. Las herramientas las tenemos, el conocimiento también, lo demás es ya un tema de decisión.