La tecnología CO₂ contribuye a reducir la huella de carbono para frenar el cambio climático

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Cambio Climático

¿Cómo se puede transformar el dióxido de carbono (CO₂) del medio ambiente en una valiosa materia prima, que a su vez reduzca el uso del petróleo? Christoph Gürtler, jefe de investigación de catálisis en Covestro, y el Profesor Walter Leitner, director del Instituto Max Planck para la Conversión de Energía Química y profesor de la Universidad RWTH Aachen, se encuentran entre los finalistas para el premio al inventor europeo. Ambos químicos representan al equipo detrás de la tecnología de CO₂ de Covestro y fueron nominados en la categoría de industria.

 

La tecnología de CO₂ hace posible el uso de dióxido de carbono como materia prima valiosa para producir plásticos sustentables. El proceso utiliza catalizadores químicos para impulsar reacciones entre el CO₂ y una materia prima convencional, este proceso crea los llamados polímeros de una manera más amigable con el medio ambiente, además, es económicamente viable.

 

“Estamos enormemente felices por todo el equipo que colectivamente merece este reconocimiento. Participar en el premio al inventor de la tecnología de CO₂ es una señal importante para todos los científicos, ingenieros de procesos, de aplicaciones y abogados de patentes que llevan años de investigación. El desarrollo y la gestión profesional de patentes dan sus frutos: en este caso, crear un futuro más respetuoso con el medio ambiente”, afirma Christoph Gürtler.

 

“Nuestros esfuerzos por hacer que la química sea más sustentable está dando sus frutos una vez más. El hecho de que las contribuciones de la investigación sean reconocidas como parte del desarrollo y del proceso es algo extraordinario que nunca hubiera sido posible sin el equipo interdisciplinario detrás”, agrega por su parte, Walter Leitner.

 

Con su tecnología de CO₂, Covestro ha dado un paso importante hacia la economía circular, 20% de las materias primas fósiles ahora se pueden reemplazar en productos. El carbono del CO₂ permanece en el ciclo sin ser liberado a la atmósfera y al mismo tiempo, los estudios iniciales sugieren que esta tecnología también se puede utilizar para producir plásticos más sustentables, cuyos componentes podrían reciclarse fácilmente.

 

Markus Steilemann, CEO de Covestro, está convencido de la tecnología orientada al futuro: “necesitamos ahorrar recursos fósiles y hacer que la industria sea más amigable con el planeta. Con la tecnología sustentable de CO₂ hemos establecido un camino hacia una economía circular y, con ello, dejado atrás la era del petróleo, impulsando el reciclaje con materias primas alternativas. Me siento orgulloso del equipo que ha hecho posible tal innovación”.

 

“Para frenar el cambio climático, todos los sectores de la sociedad y la economía deben reducir su huella de carbono. Esto no puede hacerse sin innovaciones técnicas de gran alcance, que en muchas áreas requieren investigaciones en la industria química. La utilización del CO₂ es posible gracias al equipo dirigido por Walter Leitner y Christoph Gürtler, y es un excelente ejemplo de lo fructífera que puede ser la cooperación entre la investigación básica y aplicada”, expresa Martin Stratmann, presidente de la Sociedad Max Planck.

 

Solución conjunta de la industria y la ciencia 

 

La combinación de experiencia industrial y académica, creatividad, perseverancia y muchos experimentos finalmente culminaron en éxito. El avance se logró controlando con precisión la reacción entre el CO₂ y el óxido de alquileno a base de petróleo en presencia de un sistema catalizador adecuado. “Trabajando juntos, encontramos la manera correcta de proceder, que ahora se puede utilizar fácilmente para un proceso químico a gran escala”, explica Gürtler.

 

Un gran avance que se tuvo sucedió en 2016 con la instalación de una Planta industrial en Dormagen, Alemania. La reacción de CO₂ con óxido de alquileno produce los llamados polioles, que son comercializados por Covestro y se utilizan para producir espuma suave para colchones, adhesivos en suelos deportivos, acolchados en zapatos y en interiores de automóviles. Las fibras textiles elásticas se encuentran actualmente en el umbral de la madurez del mercado. Otros proyectos de investigación han demostrado con éxito que el CO₂ también puede utilizarse para materiales aislantes de espuma rígida y tensioactivos, por ejemplo, en detergentes.

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