ODS y turismo sustentable
También para México un nuevo reto
Por Jaime Sánchez Nieto
Sin lugar a duda, desde hace más de dos años, el mundo cambió para siempre. No ahondaré en lo que supuso la pandemia por COVID-19, pues todavía lo sufrimos, pero nos enseñó un nuevo marco de prioridades y cuestiones a las que el universo humano no quiere renunciar. Y uno de esos factores a no renunciar es volver a viajar, a sumar experiencias, pero, de forma muy diferente a la que estamos acostumbrados. Sólo un dato: Según la OMT (Organización Mundial del Turismo), más del 80 % de los viajeros quiere alojarse en establecimientos sostenibles y realizar este tipo de turismo y que sea seguro. Dato que configura una nueva realidad que, desde luego, exige cambios en los establecimientos y experiencias actuales.
Y… ¿qué es un Turismo Sostenible?
El turismo sostenible persigue desarrollar su actividad generando un impacto mínimo sobre el medioambiente. La clave principal es que la explotación de un recurso sea por debajo del límite de renovación de este. Es decir, se trata de fomentar un turismo respetuoso con el ecosistema, con mínimo impacto sobre el medioambiente y la cultura local. Además, el aspecto económico busca la generación de empleo e ingresos de la población autóctona.
Volviendo a la OMT, ya desde el año 1976, una de las principales recomendaciones es “dar un uso óptimo a los recursos medioambientales”. Para ello es necesario mantener los procesos ecológicos esenciales y ayudar a conservar la biodiversidad y los recursos naturales.
Hay 3 claves fijadas para determinar la sostenibilidad:
1. Optimizar los recursos medioambientales. Sin ecosistema no hay turismo, por ello es importante cuidar el entorno natural. Sólo conservando los recursos naturales y cuidando la diversidad biológica es posible que pueda haber turismo.
2. La autenticidad de la cultura local. Un factor fundamental para entender un lugar son su gente, los valores tradicionales de la comunidad anfitriona, su cultura, la arquitectura. Sin el respeto hacia la cultura, el turismo no puede ser sostenible.
3. Distribución de la riqueza. La economía es otro de los factores fundamentales dentro del turismo: garantizar actividades económicas que perduren en el tiempo y que haya equilibrio en la distribución de los beneficios socioeconómicos. Uno de sus objetivos es generar oportunidades de empleo estable, obtener ingresos y servicios sociales, y reducir la pobreza en las comunidades locales.
Dicho turismo tendrá 3 impactos muy notables: el económico, ambiental y socioeconómico, en línea coincidente a lo apuntado anteriormente.
Ello supone un nuevo reto para las empresas y el ecosistema turístico en la que se debe evidenciar, integrar, medir y trazar y mostrar de cara al usuario de la industria. Procesos y pasos que necesitan de la tecnología y la interacción que supone a la hora de comunicar y relacionarse con el viajero/usuario.
La OMT define una serie de indicadores destinadas a ayudar a la empresa turística para obtener
mejoras y competencia, estas se basan en:
1. Consumo de electricidad y energía en kilovatios hora (kWh) por metro cuadrado de espacio atendido.
2. Consumo de agua dulce en litros o metros cúbicos (m3) por huésped por noche.
3. Producción de residuos (kilo por huésped por noche y/o litros por huésped por noche).Estos índices hacen que el turismo sostenible sea algo tangible y los actores implicados pueden mostrar una referencia clara a la hora de enfocar resultados en su propio negocio.
Ahora es tiempo de recomponer las nuevas tendencias que están surgiendo y ver si están alineadas a los ODS y las claves de la propia Organización Mundial del Turismo, como, por ejemplo, que hay una marcada preferencia por destinos que sobresalen por sus protocolos de seguridad, fundamentales para restablecer la confianza y garantizar la seguridad de los viajeros. Podemos concluir que la sostenibilidad es el nuevo paradigma del turismo.
MÉXICO
México es el octavo destino turístico del Mundo, desde antes de la pandemia está haciendo esfuerzos por subirse a esta ola en la que está reconvirtiendo sus destinos habituales incluyendo
otros alternativos o complementarios más sostenibles.
Son notables las diligencias que realizan y que se elevan cada día más desde el 2011, a través del Programa de Turismo Sustentable de la Secretaría de Turismo, ya que empresas y los destinos turísticos son evaluados en cuanto a control de energía, agua, residuos y carbono, así como en impacto al desarrollo urbano y social, esto con el fin de incentivar modelos de negocios sustentables.
Algunas de las certificaciones turísticas que el gobierno de México otorga son el de Calidad Ambiental Turística, Distintivo Turístico Limpio y Distintivo S nivel internacional, las organizaciones EarthCheck, Rainforest Alliance, Biosphere Turism y Green Key otorgan reconocimientos sustentables.Algunos de los sitios turísticos en el país que han logrado destacar por sus prácticas ecológicas son Huatulco, Ixtapa, Loreto y Bahía de Banderas. Además, en 2017 la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad creó corredores biológicos en la Sierra Madre Oriental, la Selva Lacandona y en la costa norte de Yucatán.
Todavía el turismo no es 100 % sostenible, pero México sí es uno de los ejemplos de adaptación, a veces fruto de la demanda externa que viene de USA y Europa exigentes de sus propios estilos de vida, pero también, y cada vez más, de la propia demanda interna.
También son notables las construcciones, materiales, ISO’s empleadas y los entornos elegidos tan integrados que aprovechan de forma eficiente la huella de carbono y agua. Incluir en la oferta aspectos culturales e incluso de las sociedades próximas, generando una verdadera integración de los diferentes ecosistemas sociales.
El reto es apasionante y, sobre todo, de gran impacto económico no sólo para el país en su conjunto, sino para los muchos destinos y zonas que se están sumando a la propia oferta tan excelsa que México representa.