GANAR-GANAR CON EL AGUA
Por M.V.Z Luís E. Pérez Gil Salcido
Médico Veterinario Zootecnista por la UNAM (1973-1977)
Recientemente ha tomado relevancia en los medios la escasez de agua en diferentes regiones tanto de nuestro país (Sonora, Chihuahua, conflicto por el agua de las presas entre los agricultores y ganaderos locales y el gobierno federal; Monterrey y zona conurbada) como en Estados Unidos (California), y seguramente en muchas otras regiones del mundo. Lo que a mí me preocupa más, y me induce a escribir estas líneas es que la mayoría de la gente, y especialmente aquellos que tienen que tomar decisiones (generalmente políticos), lo hagan tomando en consideración los efectos y no las causas. Lo mismo pasa a nivel global con el calentamiento de la atmósfera: vemos a los efectos como si fueran el principal problema, cuando en realidad lo más importante son las causas.
Allan Savory (naturalista de Zimbabwe) lo viene diciendo desde hace más de treinta años: EL PROBLEMA ES LA DESERTIFICACIÓN, causada por el hombre, al alterar los ciclos fundamentales de la Naturaleza: Ciclo del Agua, Ciclo Mineral (o de los nutrientes), Flujo de Energía, y Sucesión. En la mayoría de los casos, se alteran involuntariamente, por desconocimiento o por trabajar con base en paradigmas falsos, especialmente en lo que toca a la producción agropecuaria. Los agroempresarios y productores que creen estar a la vanguardia porque usan los últimos adelantos de la tecnología y maquinaria muchas veces lo hacen basándose en falsos paradigmas, que ocasionan graves daños al medio ambiente, a los consumidores, y eventualmente a sí mismos y sus comunidades.
¿Por qué? Porque muchas de las prácticas “tecnológicas” afectan a los cuatro ciclos fundamentales arriba mencionados. Lo más obvio y a la vez menos pensado: el uso del arado.
La fertilidad del suelo depende de toda esa vida que debe habitar en ella, un suelo sano va a sustentar plantas sanas que a la vez pueden ser un alimento sano para su consumo.
El arado es una actividad disruptiva para los cuatro ciclos fundamentales pues deja la tierra desnuda, lo que hace que parte del agua de lluvia corra, en vez de filtrarse, acarreando tierra, ocasionando erosión; la tierra desnuda no permite que los restos vegetales se descompongan y reincorporen al ciclo mineral o de nutrientes, lo cual ayuda a que la tierra se vaya enriqueciendo cada año en lugar de agotarse después de algunas cosechas.
Generalmente la agricultura “tecnificada” se enfoca en monocultivos, que reducen peligrosamente la biodiversidad, pues altera los equilibrios de las comunidades bióticas, ocasionando el surgimiento de “plagas” que, en su combate, el agricultor vuelve a agredir al medio ambiente.
La “Sucesión” se refiere justamente a la composición de la comunidad biótica en un determinado ecosistema y el anterior también es un ejemplo de cómo se altera este proceso fundamental del ambiente con las prácticas agrícolas industriales: los herbicidas, plaguicidas y fertilizantes químicos sintéticos generalmente son tóxicos y reducen la biodiversidad del ambiente, y por consecuencia la fertilidad del suelo.
El Flujo de Energía también se altera con ese tipo de prácticas: en lugar de que el campo esté procesando constantemente, todo el año, intensamente, la luz del sol mediante la fotosíntesis, en estratos diferentes de la cobertura vegetal. El ecosistema tiene tres dimensiones para absorber luz y un ecosistema intacto en su biodiversidad aprovecha la luz solar al máximo de su potencial (clímax).
Pero vuelvo al agua: el problema de la escasez actual no se debe solo a que haya llovido menos, hay que fijarse en el Ciclo del Agua en su totalidad: Lluvia, captación y filtración de esa lluvia en el suelo, uso eficiente y/o abuso del agua. La tala inmoderada, los incendios agropecuarios y forestales, la agricultura mecanizada y química afectan negativamente al ciclo hídrico, y por más obras hidráulicas que se hagan para llevar agua desde ríos y presas cada vez más lejanos y para contener o encauzar las crecientes, el problema seguirá aumentando si no se actúa para mejorar la administración de las cuencas hidrográficas favoreciendo el ciclo del agua: deteniendo la deforestación, haciendo agricultura ecológica (cero labranza, orgánica, policultivos, regeneración de suelos), es decir, atacando las causas junto con sus síntomas (“problemas”).
Pero vuelvo al agua: el problema de la escasez actual no se debe solo a que haya llovido menos, hay que fijarse en el Ciclo del Agua en su totalidad: Lluvia, captación y filtración de esa lluvia en el suelo, uso eficiente y/o abuso del agua. La tala inmoderada, los incendios agropecuarios y forestales, la agricultura mecanizada y química afectan negativamente al ciclo hídrico, y por más obras hidráulicas que se hagan para llevar agua desde ríos y presas cada vez más lejanos y para contener o encauzar las crecientes, el problema seguirá aumentando si no se actúa para mejorar la administración de las cuencas hidrográficas favoreciendo el ciclo del agua: deteniendo la deforestación, haciendo agricultura ecológica (cero labranza, orgánica, policultivos, regeneración de suelos), es decir, atacando las causas junto con sus síntomas (“problemas”).
Pero ¿por qué ganar – ganar?
• Porque al cambiar las prácticas agrícolas se pueden recuperar los suelos, restablecer su fertilidad, reducir la dependencia que tienen muchos agricultores respecto de los agroquímicos (la cual les hace tener cada vez menores rendimientos y muchas veces hasta llevarlos a la quiebra), producir a un menor costo, productos sanos para el consumidor.
• Porque al no tener la tierra desnuda, el aprovechamiento del agua tanto de lluvia como de riego sería mucho más eficiente (se evapora menos agua si la tierra está cubierta). Se mejoraría la recarga de mantos freáticos.
• Porque al detener la deforestación, las lluvias pueden ser más eficientes al filtrarse más al subsuelo, escurrir menos, reduciendo la erosión, recargando el manto freático. Dejaría de haber las grandes avenidas o crecientes de los ríos, que tantos daños ocasionan, se restablecería el flujo normal en ríos y arroyos, con agua clara en vez de lodo.
• Porque se recargarían los mantos freáticos y otros acuíferos que permitirían abastecer con seguridad a los centros de población y al uso agropecuario, con agua limpia.
• Porque hacer todo esto conllevaría una concientización de la comunidad, conduciendo a un cambio de paradigma y a apreciar más el cuidado del agua, de la tierra, de lo que comemos.