ESG, un factor de sustentabilidad y crecimiento empresarial
Por Luis Barrientos, Risk Domain Expert, SAS LATAM
Movimientos y acuerdos internacionales, derivados de preocupaciones sobre el deterioro ambiental, social y el impacto del cambio climático, han buscado el compromiso de los países, las empresas y la sociedad para tomar mayor participación y modificar la inercia actual a fin de frenar y revertir, en lo posible, sus efectos que ya son notorios en diferentes regiones.
En particular, el acrónimo “ESG” que refiere en español a los conceptos Ambiental, Social y Gobernanza no son más una moda, sino más bien la norma o principios que deberemos atender.
El brazo financiero es un medio clave para coadyuvar a detonar dicho cambio, sin dejar de lado lo que las empresas etiquetadas como socialmente responsables ya han avanzado en este rumbo. En cuanto a la industria financiera, ha trabajado en marcos de referencia, que sean las bases para construir mecanismos claros de comprensión, organización, medición, planeación y divulgación de las metas y sus progresos.
Del lado de los reguladores financieros, han avanzado en crear directrices, algunas incipientes y otras ya más adelantadas, así como solicitar a sus regulados ciertos ejercicios sobre análisis de escenarios de cambios climáticos y su efecto en el libro del balance. A lo cual, han emergido diferentes propuestas tanto de estos escenarios como de datos y modelos que buscan plantear las posibles pautas para medirlo e interpretarlo; sin embargo, aún queda mucho por hacer al respecto y por lo mismo, es importante contar con un laboratorio (plataforma tecnológica) capaz y, analistas aptos que desarrollen y comparen diferentes propuestas de análisis.
Al tiempo que otros esfuerzos se están desarrollando y efectuando, como es la tipificación, cuantificación y comunicación de la huella de carbono, como se manifiesta a través de las iniciativas de Protocolos de Gases Efecto Invernadero, todavía existe un tramo por averiguar, conciliar y normalizar para definir un terreno común de entendimiento y poder comparar adecuadamente los diferentes parámetros y conceptos empleados.
Es interesante revisar el avance y madurez con que diferentes organizaciones a nivel mundial en lo referente a su entendimiento y compromiso con el cambio climático, como se puede observar en la a reciente encuesta de GARP Risk Institute “Fourth Annual Climate Risk Survey” que contempla a 62 firmas a nivel mundial, de las cuales 38 son bancos y el resto abarca aseguradores, manejadores de fondos e infraestructura del mercado financiero.
El documento presenta diferentes hallazgos relevantes en ámbitos de gobernanza, estrategia, gestión de riegos, métricas-objetivos-límites, análisis de escenarios y divulgaciones, entre otros más.
Los temas que cada vez son más frecuentes en los consejos de administración son: cambio climático; alineación del portafolio o “net zero carbon”; riesgo de transición; incorporar el cambio climático al marco de gestión de riesgos; regulación y estrategias de oportunidades y riesgos; entre otros.
Por otro lado, los precios de los servicios incluyen parcialmente el costo de los riesgos de transición y físicos; señalan que hay mucho trabajo por hacer.
En tanto que las métricas, objetivos y límites se aplican principalmente al libro de balance; hay avances significativos en mediciones del impacto climático de la empresa, la alineación del portafolio “net zero carbon” y, el apetito de riesgo con este concepto.
Cada vez son más los ejercicios sobre los efectos del cambio climático a través de análisis de escenarios. En consecuencia, han empezado a generar ajustes o cambios en la gestión de riesgos, en los productos o servicios ofrecidos y la divulgación de las acciones realizadas.
Aunado a lo anterior, las presiones que estamos viviendo derivado del conflicto entre Rusia y Ucrania, el costo y disponibilidad del petróleo, la escasez y el desabasto de componentes primordiales para diferentes tecnologías, el consabido COVID19, además de temas políticos y sociales, entre otros tantos asuntos más, han sometido a las economías a una realidad inédita. A pesar de todo ello, no se puede perder de vista el daño inminente que significaría desviarse de los acuerdos sobre el cambio climático.
Es pues, momento de redoblar esfuerzos, depurar los planes, analizar alternativas ante escenarios que afecten los objetivos de negocio y la responsabilidad con el entorno, así como atender las normas y buenas prácticas de la industria. Es aquí donde los trabajos más concienzudos, el constante intercambio de ideas y experiencias aportará fuertemente para sentar las bases y competir en buena lid dentro de un ambiente sano y duradero. Esto es, crear un paradigma nuevo de crecimiento y sustentabilidad factibles a lo largo del tiempo.
ESG sigue generando tracción y se integra cada vez más en las agendas corporativas. Los criterios ambientales, sociales y de gobierno están definiendo el rumbo hacia la sustentabilidad y el impacto en la sociedad. En SAS tenemos tecnología que puede servir de soporte para desarrollar varios elementos de los que se han mencionado arriba y; así, apuntalar estos planes de transformación y mejora de la institución con el propósito último y meritorio ante la sociedad.