¿Cuál es el impacto ambiental de los videojuegos?: Bloomberg
El impacto medioambiental de los videojuegos es un tema poco debatido, pero cada vez más importante. Recientemente, Bloomberg publicó un reportaje para abordar esta situación global.
En la actualidad, más de 3,000 millones de personas en el mundo juegan algún tipo de videojuego, -muchas de ellas durante varias horas al día-, aunque la cantidad de electricidad consumida por un solo jugador sea pequeña.
Los expertos empiezan a prestar atención a la proliferación del hardware de los videojuegos, que depende de materiales cada vez más escasos y cadenas de suministro complejas, así como de la energía necesaria para alimentar un pasatiempo cada vez más extendido. El mundo sumará 600 millones de jugadores más de aquí a 2027, por lo que abordar estos retos ahora podría ser un paso crucial en el esfuerzo de la industria por ser más sostenible.
“Las emisiones por hora de juego no son tan altas, pero colectivamente sí”, afirma Mike Hazas, profesor de sostenibilidad y tecnología digital de la Universidad de Uppsala.
En los últimos 60 años, los videojuegos se han convertido en un negocio excesivamente lucrativo, de 214,000 millones de dólares. Con ese crecimiento, se ha producido un aumento del impacto ambiental. La huella climática de los videojuegos comienza con la producción y envío de decenas de millones de consolas, cartuchos y discos cada año. Una consola utiliza mucho plástico, silicio, coltán y níquel, al igual que otros dispositivos electrónicos.
En 2013, Sony lanzó la PlayStation 4, una de las consolas de videojuegos más populares y vendidas en la historia. La Universidad de Cambridge calculó en 2019 que fabricar una PS4 y enviarla de China al Reino Unido emite 89 kilogramos de dióxido de carbono, lo que incluye la extracción de metales, la fabricación y el transporte marítimo.
PlayStation 4
Enviar una PS4 de China al Reino Unido, por ejemplo, emite tanto CO2 como producir un barril de crudo.
Una vez que la consola llega a su destino, jugar a videojuegos puede consumir mucha energía, pero cuantificar las emisiones asociadas puede ser complicado: varían mucho según la consola, el juego y la configuración del sistema. El coste climático de los videojuegos ha sido estimado en 34 teravatios-hora por un estudio revisado por pares de 2019, uno de los pocos intentos. La central nuclear de Palo Verde, la mayor del país, produce más energía al año que eso.
El mismo estudio concluyó que, el uso energético de todos los juegos de azar de Estados Unidos causa 24 megatoneladas de emisiones de dióxido de carbono al año, el equivalente a añadir más de 5 millones de coches a la carretera. Casi el 10% de los 53 millones de toneladas de residuos electrónicos desechados en todo el mundo en 2019 procedían de dispositivos pequeños, incluidas las videoconsolas.
Podría decirse que el juego es un uso “más ecológico” del tiempo que un viaje por carretera o unas vacaciones lejanas debido a su bajo impacto climático en comparación con los grandes emisores como la generación de energía, la aviación y la conducción. Aunque el sector emite menos gases de efecto invernadero, eso no le exime de hacer todo lo posible por reducir sus emisiones.
A diferencia de los frigoríficos y las secadoras de ropa, las videoconsolas carecen de la clasificación EnergyStar u otros indicadores de eficiencia. Esto se debe en parte a la falta de transparencia.
Soluciones
Las empresas de videojuegos están abordando el problema. Microsoft anunció en marzo que había convertido el modo “Ahorro de energía” en la opción por defecto de todas las nuevas consolas Xbox, eliminando una configuración de espera por defecto que consumía 20 veces más energía. Quienes tengan modelos más antiguos también pueden beneficiarse de actualizaciones de software para mejorar la eficiencia energética, según Trista Patterson, ejecutiva de sostenibilidad de Xbox.
Por su parte, Nintendo afirma que su actual consola Switch consume la mitad de energía que su modelo lanzado en 2017. Sony Interactive Entertainment dijo en noviembre que su última PlayStation 5 consume un 17% menos de energía que su modelo anterior.