Los 4 países del mundo con mayor índice de hambre

El hambre es un problema global que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque muchos países han realizado importantes esfuerzos para combatir este problema, todavía hay regiones en las que el hambre sigue siendo una realidad cotidiana para demasiadas personas.

A continuación, los países con mayor índice de hambruna, según la organización civil Acción Contra el Hambre.

Etiopía

Etiopía tiene la tasa de hambre más alta del mundo, con más de 21 millones de personas afectadas. A pesar de que el país ha hecho grandes progresos en la reducción de la pobreza y el hambre en la última década.

El gobierno etíope se ha esforzado por mejorar el acceso de sus ciudadanos a los alimentos y la nutrición, pero los efectos del cambio climático, los conflictos y la inestabilidad económica han dificultado los avances. En los últimos años, las sequías se han hecho más frecuentes e intensas, dejando a millones de personas sin alimentos suficientes.

El gobierno etíope se ha comprometido a acabar con el hambre y la malnutrición, por lo que se ha fijado el objetivo de alcanzar el hambre cero en 2025. Para alcanzar este objetivo, Etiopía tendrá que continuar con sus esfuerzos por mejorar el acceso a los alimentos y la nutrición, así como abordar las causas subyacentes del hambre.

Nigeria

Según el Índice Mundial del Hambre, Nigeria tiene la tasa de hambre más alta del mundo. Esto se debe a diversos factores, como la pobreza, los conflictos y el cambio climático. En Nigeria, casi la mitad de la población sufre inseguridad alimentaria, lo que significa que no tiene un acceso fiable a los alimentos. Muchas familias se ven obligadas a pasar días enteros sin comer, y los niños son el segmento de la población más vulnerables ante el hambre y la desnutrición. La situación se ve agravada por el hecho de que Nigeria es uno de los países más afectados por el cambio climático. Las sequías y las inundaciones se han hecho más frecuentes en los últimos años, provocando la pérdida de cosechas y medios de subsistencia. Con tanta gente luchando por salir adelante, no es de extrañar que Nigeria tenga la tasa de hambre más alta del mundo.

Sudán del Sur

Sudán del Sur es también, uno de los países con mayor índice de hambre a nivel mundial. La inseguridad alimentaria en Sudán del Sur se debe a varios factores, como los conflictos bélicos y sociales, el cambio climático y la inestabilidad económica. Según el Programa Mundial de Alimentos, más de la mitad de la población de Sudán del Sur sufre inseguridad alimentaria, y una de cada tres personas padece inseguridad alimentaria grave.

El conflicto en Sudán del Sur ha desplazado a millones de personas y destruido cultivos e infraestructuras. Esto ha dificultado el acceso de la población a los alimentos. El cambio climático también ha afectado a la seguridad alimentaria en Sudán del Sur. La sequía y las inundaciones han dañado los cultivos y dificultado que los agricultores produzcan suficientes alimentos para alimentar a sus familias. La inestabilidad económica también ha contribuido a la elevada tasa de hambre en Sudán del Sur. El elevado coste de la vida hace que muchas personas no puedan permitirse comprar alimentos suficientes para cubrir sus necesidades.

La situación en Sudán del Sur es extremadamente grave, y es necesario actuar con urgencia para abordar las causas del hambre desde la raíz. La comunidad internacional debe seguir proporcionando ayuda humanitaria a las personas afectadas por el hambre, y trabajar por una paz duradera para que la gente pueda reconstruir sus vidas y tener acceso a una nutrición adecuada.

Yemen

Con una tasa de hambre del 54,5%, Yemen ocupa desgraciadamente el primer puesto de esta lista. El conflicto en curso en el país es uno de los principales factores que impulsan los niveles de hambre, ya que ha destruido infraestructuras e interrumpido las cadenas de suministro de alimentos. Además, el aumento de los precios de los alimentos ha dificultado que muchas personas puedan permitirse comer lo suficiente. La situación se ve agravada por la falta de acceso a agua potable y saneamiento, que puede provocar enfermedades y desnutrición.