Educación ambiental, clave para la formación integral de estudiantes

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en el país el 64.8 % de la educación ambiental se imparte en los salones de clases, siendo las escuelas el principal medio para que los estudiantes se informen sobre temas como el reciclaje, la escasez de agua y ahorro de energía, entre otros.

“Las escuelas son espacios clave para que los alumnos (sin importar su grado académico) aprendan a cuidar el medio ambiente. Sin embargo, para que este aprendizaje sea significativo, es importante que las instituciones cuenten con programas efectivos que no se centren solo en la teoría, sino también en acciones concretas en beneficios de toda la comunidad estudiantil”, indica Julio Álvarez, CEO y fundador de Grupo PROMESA, empresa social que se dedica a la educación ambiental y el reciclaje en escuelas, empresas y viviendas.

Explica que abordar desde la escuela temas ambientales genera importantes beneficios en el mediano y largo plazo, ya sea en temas como generación y manejo de residuos, empleo de energías limpias, cuidado de recursos naturales, entre otros, que en el macro tienen impactos económicos, sociales y de salud.

Al respecto, la Organización Panamericana de Salud (OPS) ha alertado en diversas ocasiones que el surgimiento de nuevos peligros ambientales, como desechos electrónicos, nanopartículas, microplásticos y escasez de agua, suponen un peligro relevante para la salud de la población y son los responsables de 30 mil muertes evitables al año.

“Nosotros contamos con un programa llamado Escuela PROMESA, el objetivo es trabajar de manera coordinada con todos los involucrados: autoridades educativas, padres de familia y alumnos, a fin de crear comunidades sustentables”, puntualiza Julio Álvarez.

Añade que esta iniciativa abarca campañas de recolección de residuos que permiten el autofinanciamiento del programa y, con ello, las instituciones educativas pueden implementar más adelante paneles solares o sistemas de captación de agua pluvial. “Para una formación integral de los alumnos es imprescindible que la educación ambiental esté muy vinculada con la parte de la currícula de las escuelas a fin de diseñar un plan que vaya acorde al grado educativo y que pueda implementarse de principio a fin durante un ciclo escolar”, agrega el CEO de Grupo PROMESA.

Cuidado del medio ambiente, clave para el futuro

De acuerdo con el estudio Aprender por el planeta: revisión mundial de cómo los temas relacionados con el medio ambiente están integrados en la educación, elaborado por la UNESCO, en los planes de educación y marcos curriculares de 50 países, el 45 % no hace referencia a temas ambientales, mientras que solo el 19 % se ocupa de la biodiversidad. También apunta que el 67 % de las personas encuestadas señalaron al cambio climático y la pérdida de biodiversidad como el principal desafío al que nos enfrentamos y declararon que la educación es esencial para afrontarlo.

“La educación ambiental tiene impactos muy grandes, por un lado, el hecho de que las instituciones educativas puedan transicionar para convertirse en comunidades sustentables es un avance notable, y a la par, los egresados se llevan grandes enseñanzas de vida que pueden replicar en sus casas, con familiares o amigos y así promover acciones claves para cuidar el medio ambiente y los recursos”, argumenta Julio Álvarez.

Por su parte, la UNICEF apunta que la educación ambiental es clave para la vida. En América Latina y el Caribe 9 de cada 10 niñas, niños y jóvenes están expuestos a al menos dos crisis climáticas y ambientales superpuestas.

“Los niños, niñas y adolescentes son los menos responsables del cambio climático, sin embargo, serán quienes más, y durante más tiempo, sufrirán sus consecuencias. Pero lejos de ser víctimas pasivas, adolescentes y jóvenes de América Latina y el Caribe están actuando y elevando sus voces para demandar acciones más ambiciosas, urgentes e inclusivas”, reitera el organismo.

Álvarez señala que “Un mayor número de estudiantes formados con conocimientos ambientales genera una nueva cultura y hábitos en la sociedad, porque tienden a desarrollar una vida adulta con mayor conciencia, buscan espacios verdes para laborar, disminuyen su consumo de productos e implementan estas prácticas en diversos aspectos de su día a día”.