Hacia un entorno laboral equitativo
Por Hanne Casasola, CFO de Siemens para México, Centroamérica y El Caribe
“La libertad de trabajar por decisión propia, en condiciones dignas, seguras y equitativas, es parte integral del bienestar humano. Garantizar que las mujeres tengan acceso a este derecho es un fin importante en sí mismo”, indica la Organización Internacional del Trabajo (OIT). A pesar de todo, según datos recientes de este organismo[1], la tasa de participación de las mujeres en la fuerza laboral mundial está en 47%, mientras que la de los hombres está 25 puntos porcentuales arriba, en 72%.
La OIT también indica que, en el mundo, sigue siendo más difícil encontrar trabajo para las mujeres que para los hombres, y en general, cuando lo consiguen puede ocurrir que sean trabajos de baja calidad y en condiciones de vulnerabilidad.
Ciertamente, los avances recientes en materia de equidad de género son notorios en los países más desarrollados, pero en el terreno global aún hay camino por recorrer, debido al rezago que sigue habiendo fundamentalmente en los países menos favorecidos. Hoy en día, queda claro que éste no es un tema que recaiga solo en manos de los gobiernos; se trata de una problemática social en la que todos podemos colaborar para cerrar la brecha.
Lo principal para atacar el problema es conocer las razones que siguen promoviendo la inequidad de género. Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)[2] realizado apenas a principios de este año, concluye que la subrepresentación de las mujeres en el mercado laboral no se debe a una falta de preparación o de aspiración profesional: por el contrario, uno de los factores que influyen en su crecimiento profesional es la compatibilidad de las condiciones laborales con sus responsabilidades. En este sentido, el organismo refiere que la mitad de las madres con educación superior encuestadas han puesto en pausa sus carreras profesionales (indicando motivos personales), contra únicamente el 20% de los padres. Queda claro que una revisión de las políticas empresariales puede ayudar mucho a revertir esta situación.
Una forma de cambiar la perspectiva de las madres trabajadoras hacia el futuro es ocupándonos, desde la trinchera empresarial, en ejecutar los cambios que sean necesarios para que las mujeres no se vean forzadas a detener su avance profesional por el hecho de decidir tener hijos.
De Siemens, es bien sabido que es una organización que se esfuerza por transformar el día a día para todos (clientes, empleados y la sociedad en general), y esto incluye el fomento de la diversidad e inclusión, así como el desarrollo comunitario para conformar un sentido de pertenencia, creando el ambiente ideal para la equidad de género. Estos puntos, que forman parte de nuestro marco DEGREE (Decarbonization, Ethics, Governance, Resource efficiency, Equity, Employability), son más que simples ideas o deseos: son compromisos vivos, con metas periódicas para no dejar de avanzar.
Actualmente, alrededor del 30% de nuestro personal está compuesto por mujeres (20.6% en posiciones gerenciales y 30% como nuevas contrataciones). Desde los primeros días de esta organización, el género femenino ha jugado un rol prioritario, pero hoy más que nunca nuestro foco está puesto en fortalecer la equidad de género y en lograr el pleno empoderamiento de las mujeres, tanto dentro de la compañía como en las sociedades a las que servimos.
Como parte de los esfuerzos para lograr que nuestro lugar de trabajo sea equitativo, donde toda nuestra gente tenga el mismo acceso y oportunidades de desarrollo para su éxito profesional, sin importar el grupo con el que se identifiquen, planteamos pasar de una participación femenina del 27.7% en la alta dirección (en el año fiscal 2022), al 30%, para el 2025. Además, hemos lanzado el Programa de Equidad de Género de manera global, con el fin de abordar la equidad de género en toda la organización, y representar de manera justa a las mujeres de Siemens en todos los niveles.
¿Por qué hacemos todo esto? Porque estamos seguros de que una compañía exitosa es la que abarca a todos, por eso nuestro compromiso de transformación significa apostar por la diversidad, la equidad y la inclusión para crear el sentido de pertenencia del que hablábamos líneas arriba. El empoderamiento de la gente es vital para el desarrollo de la sociedad global, una sociedad que requerirá de mayor representatividad, si pretendemos afrontar de manera exitosa el resto de una década que será decisiva para la humanidad.
[1] “The gender gap in employment: What’s holding women back?”, OIT.
[2] “Encuesta sobre el crecimiento profesional #ConLupaDeGénero”, IMCO.