Fundación Herdez, Las juventudes indígenas en la salvaguarda y transmisión de las tradiciones de la gastronomía indígena
Por Palmira Flores García / Maestra en Asuntos Políticos por el Colegio de San Luis A.C. Integrante de la Junta Directiva de la Unidad Especializada de Atención a Pueblos y Comunidades Indígenas del H. Ayuntamiento de San Luis Potosí.
Con relación al tema de la gastronomía, se demuestra la gran variedad de especies vegetales y animales que se encuentran a lo largo y ancho del territorio mexicano. Así mismo, esta multiplicidad de flora y fauna permiten identificar a cada uno de los 68 pueblos originarios que conforman la población indígena en nuestro país. Cada pueblo y comunidad indígena posee dietas muy específicas que son determinadas por las condiciones de suelo y clima que hay en su territorio. Esto a su vez, establece las características físicas y condiciones de salud de la población indígena que se encuentra en determinada zona. Cuando hablamos de gastronomía indígena se relacionan distintos elementos que permiten comprender la forma de vida de las comunidades.
Los platillos tradicionales que conforman la gastronomía indígena tienen un sentido y un valor simbólico muy especial, siendo diferente según la época del año, así como los motivos por los cuales se cocina. Por ejemplo, para realizar la petición de las lluvias o incluso como ofrenda para los difuntos (el Patlache o Bolín). Hay otros que se hacen específicamente para las bodas o fiestas (mole de guajolote, masa de res), hay bebidas que sólo pueden ser tomadas por los abuelos o señores grandes en ceremonias importantes, etc.
Las juventudes indígenas tenemos un papel importante en la preservación y transmisión de estos conocimientos, la mezcla de estos procesos nos ofrecen los saberes tradicionales que la gente mayor posee, lo que podría resultar de gran utilidad mediante el uso e implementación de nuevas herramientas digitales que documenten y almacenen toda esta información.
En este sentido, la documentación de dichas tradiciones resulta hoy una forma muy efectiva y primordial para detener en el tiempo las palabras y memorias de la gente grande que es portadora de este valioso conocimiento.
Sin duda tenemos una tarea difícil ya que nos toca profundizar en los conocimientos que se han ido perdiendo con la intención de preservarlos y difundirlos y a su vez, nos toca la ardua tarea de defender lo alcanzado ante un contexto sumamente globalizado y de total consumo. Por ello, en la medida que se siga conociendo lo diverso y lo valioso de la gastronomía indígena y de los saberes de los pueblos originarios en general, siempre habrá alguien con la disposición de aprenderlo y defenderlo.