Es el momento de la inversión sostenible
No hay mejor momento para la inversión sostenible en México que el presente. El contexto político, económico, generacional y global apunta a que la demanda de productos de inversión ASG, especialmente en cuanto a términos medioambientales se refiere, crecerá a pasos agigantados en los próximos años en el país.
Empecemos por el contexto político. No hay muchos temas en los que el futuro de la política mexicana sea predecible, pero me atrevo a aventurar que, en el próximo periodo presidencial, el gobierno desarrollará una agenda verde mucho más ambiciosa que la que hemos visto en los últimos sexenios. Tanto Gálvez como Sheinbaum, las dos candidatas con opción de victoria, han expresado en la retórica de sus campañas, en sus proyectos de nación, así como en su trayectoria política, un sólido compromiso con la sustentabilidad, las energías renovables, la transición energética y el cuidado del medio ambiente. De implementarse, esta agenda generará grandes oportunidades de colaboración público-privada y de inversión en iniciativas empresariales sostenibles y ecológicas.
En cuanto al entorno económico, las perspectivas también son muy alentadoras. El proceso de nearshoring o reubicación de empresas para satisfacer al mercado estadounidense presenta grandes oportunidades de inversión sostenible. El auge de auditorías sociales y el uso de criterios ASG para evaluar las cadenas de suministros en nuestras relaciones comerciales con los vecinos del norte implica que cada vez será más común que los empresarios mexicanos tengan que tomar estos criterios en cuenta para poder hacer negocios a través de la frontera. Esto, a su vez, genera grandes oportunidades de inversión sostenible en el país, tanto en empresas mexicanas como en inversión extranjera.
Tanto los millennials que actualmente ocupan la mayor parte de la fuerza laboral, como la generación Z tienen una fuerte preferencia por productos y servicios verdes
Vale la pena también mirar el panorama generacional. Todos los datos apuntan a que tanto los millennials que actualmente ocupan la mayor parte de la fuerza laboral, como la generación Z, que comienza a integrarse al mercado, tienen una fuerte preferencia por productos y servicios verdes. En la edición 2023 del estudio “Tendencias de consumo online con impacto positivo” realizado por Mercado Libre, se observó en México un crecimiento del 49 % de los compradores sustentables del 2022 en comparación con el 2021. Esta creciente demanda amplía el mercado para la inversión sostenible en el país. Estas generaciones se muestran escépticas de los mercados financieros tradicionales y más abiertas que nunca a invertir en fondos que vayan acorde a sus principios morales.
Por último, tenemos el contexto global. De acuerdo con datos de Climate Bonds Initiative, la organización de referencia en el registro de emisiones de bonos verdes a nivel mundial, en el primer mes de 2024, en todo el mundo se captaron 65 mil 370 millones de dólares, un 67 % más que en el mismo mes de 2023. No es ninguna novedad que cada vez más países refuerzan su compromiso con la agenda de desarrollo sostenible de la ONU para 2030 e incrementen las regulaciones de ASG para las empresas. Un claro ejemplo es la Unión Europea, que ha sido punta de lanza en establecer criterios comparables y de transparencia que ayuden a la credibilidad y confianza en la inversión sostenible. Un ejemplo es la iniciativa Global Gateway, con la que la UE pretende potenciar el desarrollo sostenible en los países emergentes. Estos desarrollos tienden a ser reproducidos y promovidos por los grandes organismos internacionales y las corporaciones multinacionales, y generan crecientes oportunidades para inversión sostenible.
En definitiva, tanto el contexto político, como económico, demográfico e internacional apuntan a una mayor penetración de la inversión sostenible en el país. Le toca a los inversionistas y empresarios ser valientes y aprovechar la oportunidad. La inversión sostenible es vital para mitigar el cambio climático, proteger nuestra biodiversidad, potenciar el desarrollo y permanecer competitivos en el mercado global.
