LA IMPORTANCIA DE FOMENTAR LA  ECONOMÍA CIRCULAR en un mundo de cambio y oportunidades

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Por Romina Dávila /  Vocera de Vida Circular

En la búsqueda de prácticas sostenibles y responsables con el medio ambiente, opción de la economía circular es una estrategia valiosa para empresas que buscan integrar medidas sostenibles en beneficio de los consumidores y del medio ambiente. Con este modelo económico, la sostenibilidad ha dejado de ser una palabra de moda para convertirse en un factor determinante de éxito a largo plazo.

En la última década, la economía circular ha destacado como una solución global que transforma el modelo de producción y consumo en beneficio del medio ambiente, conservando el valor de los materiales a través de la separación, reutilización, reparación y reciclaje.

El objetivo es crear un entorno que priorice la preservación de los recursos naturales siguiendo los cuatro principios fundamentales de la economía circular: ecodiseño, la eliminación de residuos y contaminación, mantener los materiales en uso y regenerar los sistemas naturales.

Para garantizar que la transición a una economía circular tenga éxito, el punto de partida de este modelo inicia con la implementación de un ecodiseño del producto, asegurando que en todas sus fases se minimice el impacto ambiental: creación, desarrollo y transportación. 

Para lograr la disminución de desechos que terminan en los vertederos, el ecodiseño considera: tomar en cuenta el ciclo de vida completo del producto, utilizar menos materia prima para su fabricación y emplear materiales que sean reutilizables y/o reciclables.

Beneficios de implementar este modelo de producción y consumo

Uno de los beneficios clave de la economía circular es la creación de empleo. A medida que se transita hacia un futuro más sostenible, aumentará la demanda de trabajadores en industrias verdes como la gestión de residuos, la energía renovable, el transporte sostenible y el ecoturismo. De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima que esta transición podría generar hasta 24 millones de nuevos empleos en todo el mundo para 2030.

Implementar el modelo de economía circular es más que una cuestión de sostenibilidad; es una necesidad urgente para combatir el cambio climático. Según la Fundación Ellen MacArthur (FEM), aplicar los principios de la economía circular en los sectores industrial y agrícola podría reducir más de 9 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) para 2050. Los beneficios ambientales son evidentes, pero se necesita que tanto los gobiernos como las empresas y la sociedad en su conjunto se comprometan a hacer realidad esta visión.

Desafíos y oportunidades

Como toda transformación, alcanzar resultados beneficiosos en la economía circular implica replantear nuestras estrategias para modificar la manera en que nos relacionamos con los productos y materiales. Los retos incluyen el rediseño de procesos industriales, el cambio en los hábitos de consumo y la necesidad de políticas y regulaciones efectivas.

Ante los desafíos ecológicos actuales y la escasez de recursos, la economía circular se presenta como una solución esencial para lograr un desarrollo sostenible que requiere la participación de todos. Actualmente, los consumidores basan cada vez más sus decisiones de compra en la sostenibilidad de los productos y las empresas deben adaptarse a estas exigencias, invirtiendo en tecnología e infraestructuras, desde la innovación de materiales hasta el desarrollo de instalaciones de reciclaje y reutilización más eficientes.

Educación y concientización en consumidores

Para lograr un cambio profundo de mentalidad, la sociedad debe contar con información para lograr acciones correctas. La desinformación y la falta de difusión es la principal limitación para caminar hacia la economía circular y dar paso a un modelo lleno de beneficios directos, tanto a la ciudadanía como a nuestro medio ambiente; los consumidores aportan si tienen bases e información de valor para los consumidores.

Pero, qué pueden hacer los consumidores para integrarse al modelo de economía circular.  La respuesta es: ser un consumidor sustentable, lo que implica:

1.-Conocer y entender conceptos como economía circular, sostenibilidad, reciclaje, entre otros.

2.- Tener acceso a información sobre los productos y empresas que generan un menor impacto ambiental.

3.- Pensar en el ciclo de vida de los productos al momento de la compra, desde su origen,   el uso que se le da, hasta la manera en la que se desechará.

4.- Consumir de manera responsable y  siendo conscientes de los materiales que estamos adquiriendo.

5.- Utilizar el poder de las 4R´s: reducir, reutilizar, recuperar y reciclar.

En la actualidad, la relevancia de la economía circular para el desarrollo sostenible es innegable. En este contexto es que Vida Circular emerge como una iniciativa, dedicada no solo a promover e informar sobre este sistema de producción, sino también a incentivar prácticas ambientales responsables con la necesidad de explorar nuevas formas de colaboración, establecer estructuras, modelos de gestión y atraer a personas dispuestas a involucrarse en estos procesos de tal modo que conozcan hábitos de consumo y actitudes que permitan tomar acción contra las problemáticas ambientales.

De manera colectiva, tenemos la responsabilidad de educar y transformar los hábitos, convirtiendo los productos que hoy vemos como desechos en materia prima valiosa y, por supuesto, que busque un equilibrio entre el beneficio económico, el cuidado medio ambiental, así como soluciones que hacen frente a desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los residuos y la contaminación.

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