Disminuye el apoyo de BlackRock a medidas ESG, generando preocupación global
En un contexto donde las empresas se ven cada vez más presionadas para implementar políticas que promuevan la sostenibilidad, el último informe anual de inversiones de BlackRock ha sorprendido al mostrar una notable disminución en su apoyo a las propuestas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Este cambio, liderado por el gigante de la administración de activos, refleja una tendencia preocupante en el sector financiero, donde la priorización de los beneficios económicos inmediatos parece estar superando el compromiso con la sostenibilidad a largo plazo.
BlackRock, reconocida como una de las mayores gestoras de activos a nivel mundial, ha sido objeto de críticas debido a su reducción en el respaldo a propuestas ESG presentadas por sus accionistas. Mientras que en 2021 la empresa apoyó el 47% de estas iniciativas, en 2023 esa cifra cayó drásticamente al 7%. Este año, la tendencia continúa a la baja, con un respaldo de solo el 4% a las propuestas ambientales y sociales, lo que significa que de las 493 presentadas, solo 20 obtuvieron el apoyo de la compañía.
El CEO de BlackRock, Larry Fink, ha sido un defensor vocal de la sostenibilidad en el pasado, pero las acciones recientes de la empresa sugieren un cambio de enfoque. Según Joud Abdel Majeid, director global de gestión de inversiones de BlackRock, la mayoría de las propuestas no beneficiaban a sus clientes en términos económicos y, por lo tanto, no merecían su apoyo. Este argumento ha sido criticado por ambientalistas y defensores de la responsabilidad social, quienes consideran que la sostenibilidad a largo plazo no debe ser sacrificada por ganancias económicas a corto plazo.
El impacto de la postura de BlackRock no se limita a la empresa en sí. Su falta de apoyo a las propuestas ESG ha influido en otras compañías, que también han mostrado una disminución en el respaldo a estas medidas en sus propias reuniones anuales. Según ISS-Corporate, el apoyo medio a las propuestas ambientales en empresas del índice Russell 3000 fue del 21%, mientras que solo el 18% de las propuestas sociales recibió respaldo, con solo dos alcanzando el apoyo mayoritario.
La politización de las cuestiones ambientales y sociales ha sido señalada como una de las razones detrás de esta tendencia. BlackRock argumenta que en muchos casos las propuestas ESG eran demasiado prescriptivas o carecían de mérito económico. Sin embargo, críticos como Felix Nagrawala de ShareAction cuestionan esta lógica, señalando que el cambio climático y otras cuestiones ambientales tendrán un impacto material en una amplia gama de sectores, lo que hace que el argumento de la falta de “mérito económico” sea insostenible.
La decisión de BlackRock de reducir su apoyo a las iniciativas ESG representa un cambio significativo en el panorama de las inversiones sostenibles. Este retroceso, motivado por la priorización de los beneficios económicos a corto plazo, podría tener consecuencias negativas para el futuro de la sostenibilidad corporativa. En un momento crítico para la acción ambiental y social, la postura de BlackRock podría marcar una tendencia preocupante, influenciando a otras compañías a seguir su ejemplo y socavando los esfuerzos globales para enfrentar la crisis climática y promover la responsabilidad social empresarial.
