Estudiante de biotecnología desarrolla terapia innovadora con células NK para el tratamiento del cáncer
Daniela Simental López, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería en Biotecnología del Tecnológico de Monterrey, campus Toluca, desarrolló una propuesta de terapia celular, basada en la expansión de células NK, para su uso en el tratamiento del cáncer.
El equipo de investigación, al que pertenece Daniela, decidió trabajar con glóbulos blancos debido a su capacidad para destruir tumores: “La base de todo el proyecto son las células NK, que ya son producidas por el cuerpo humano como parte del sistema inmune. Son nuestra primera línea de defensa ante enfermedades como el cáncer”, compartió la estudiante.
“Las células NK son de particular interés porque son las primeras que actúan cuando se empieza a desarrollar un tumor, y pueden marcar una diferencia increíble en cómo evoluciona el cáncer”, subraya Daniela.
De acuerdo con el National Cancer Institute, el linfocito NK es un tipo de célula inmunitaria que contiene gránulos (partículas pequeñas) con enzimas que pueden destruir células tumorales o células infectadas por un virus. Dicho de otra manera, un linfocito NK es un tipo de glóbulo blanco, también conocido como célula NK, LCN-LGG, linfocito citolítico natural y linfocito CN.1
“La idea de esta terapia, que ya ha sido aplicada en otros países, es tomar las células NK de un paciente, reproducirlas y reinyectarlas mediante la terapia; puede ser un apoyo a otras terapias tradicionales como la quimioterapia, radioterapia y demás. Básicamente, las células NK actúan como Batman y Robin, patrullando por el cuerpo y detectando qué células pertenecen al organismo. Cuando detectan algo ajeno, desencadenan una serie de reacciones que llevan a la activación del sistema inmune”, compartió la joven.
Para lograr la expansión de las células NK, probaron diferentes medios de cultivo. El medio base era un cultivo de células madre suplementado con interleucina-2 (IL-2) recombinante humana, que es un factor de diferenciación y crecimiento para dichas células.
Gracias a este proyecto, Daniela reforzó su interés en la biofarmacéutica y descubrió su pasión por continuar trabajando en la optimización y el desarrollo de terapias celulares. “Lo que hemos hecho hasta el momento en el laboratorio es solo la etapa inicial, y me gustaría mucho seguir con el desarrollo del protocolo para tenerlo completamente listo”, señaló la estudiante.
De manera personal, compartió que la labor que se hace en el laboratorio realmente puede llegar a ser algo que impacte la vida de las personas. “Lo que estoy haciendo sé que puede impactar la vida de las personas. Gracias a este proyecto, ahora veo que nuestro trabajo como biotecnólogos no es solamente estar en el laboratorio, sino llevar las cosas que hacemos en él al mundo exterior”, finalizó Daniela.