Unilever: Cómo el sector privado puede impulsar el cambio en políticas energéticas

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El camino hacia un futuro con cero emisiones netas pasa, necesariamente, por una mayor adopción de energías renovables. En este contexto, el director global de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Unilever, Thomas Lingard, destaca el papel fundamental de las empresas en impulsar políticas de infraestructura energética. Desde su experiencia, Lingard considera que la colaboración entre el sector privado y los gobiernos es crucial para alcanzar los ambiciosos objetivos de sostenibilidad. Las empresas pueden liderar con acciones concretas, como la inversión en tecnología, el desarrollo de proyectos piloto y la adopción de energías renovables en sus propias operaciones, lo cual envía un mensaje claro a los gobiernos sobre la dirección que debe tomar la política energética.

Durante la COP28, la comunidad internacional alcanzó un compromiso sin precedentes: más de 100 países acordaron triplicar la capacidad de energía renovable para 2030. Frente a este acuerdo, Unilever ha instado a los gobiernos a incluir objetivos concretos en sus estrategias nacionales de energía, subrayando que una infraestructura energética sólida y basada en energías limpias es fundamental no solo para la sostenibilidad empresarial, sino también para la competitividad económica de cada país. A través de sus operaciones en 77 países, Unilever ha demostrado el impacto de estas políticas; hoy, el 92 % de su consumo eléctrico global proviene de fuentes renovables, un ejemplo que muestra cómo las empresas pueden facilitar el cambio hacia prácticas sostenibles en el mercado energético.

Lingard señala que las empresas también pueden impulsar la demanda de energía renovable en mercados específicos mediante la compra directa o la autogeneración. Unilever, por ejemplo, genera electricidad en 62 de sus fábricas, complementando esta producción con acuerdos de compra de energía renovable, como el contrato reciente en India para una capacidad solar de 45 megavatios. Esta inversión en fuentes limpias no solo cubre la demanda de sus instalaciones, sino también la de algunos de sus cofabricantes, un esfuerzo conjunto que contribuye a la descarbonización de toda la red de energía. En mercados donde la energía renovable no está fácilmente disponible, Lingard sugiere que las empresas pueden influir en la apertura del sector energético mediante la promoción de políticas que fomenten un mercado más liberalizado y competitivo.

Además, Lingard subraya la importancia de que los países faciliten el acceso de las empresas a la electricidad renovable. En un entorno donde cada vez más compañías fijan metas ambiciosas de reducción de emisiones y compromisos con RE100, contar con una red que provea energía limpia es un factor clave en las decisiones de expansión e inversión. Para países en crecimiento, atraer inversiones de grandes corporaciones requiere modernizar sus sistemas energéticos para satisfacer esta demanda creciente. La disponibilidad de energía renovable se ha convertido en un factor determinante para la instalación de nuevas sedes empresariales, especialmente en industrias con altos requerimientos energéticos, como los centros de datos y las plantas de producción de hidrógeno verde.

Este esfuerzo conjunto entre el sector privado y los gobiernos puede catalizar una transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible. La experiencia de Unilever evidencia cómo el compromiso empresarial con la sostenibilidad tiene el potencial de influir en políticas nacionales. En un contexto de interdependencia, las empresas, los gobiernos y la sociedad deben colaborar en el diseño de un modelo energético que no solo responda a las necesidades actuales, sino que también establezca una base sólida para un futuro con menores emisiones y mayor resiliencia ambiental.

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