París limita el tráfico en su centro histórico para reducir la contaminación y mejorar la movilidad
Desde el 5 de noviembre, París ha puesto en marcha una medida que limita el tránsito de vehículos particulares en su hipercentro, una decisión que busca reducir la congestión y disminuir la contaminación en la capital. Esta zona de restricción de tráfico cubre aproximadamente 5,5 kilómetros cuadrados, abarcando sitios emblemáticos como el museo del Louvre, la plaza Vendôme, el jardín de las Tullerías y el histórico barrio del Marais. Solo podrán ingresar autobuses, taxis, ambulancias, y vehículos pertenecientes a residentes, personas que trabajan en la zona o aquellos que transportan personas con movilidad reducida.
La iniciativa, una de las promesas de la alcaldesa Anne Hidalgo, fomenta el uso del transporte público y modos de transporte activos como las bicicletas y el desplazamiento a pie. Hidalgo, quien ha impulsado varias políticas de reducción de emisiones en París, busca reorganizar la movilidad en la ciudad, alentando a los ciudadanos a utilizar alternativas sostenibles y promoviendo un espacio público más accesible para peatones y ciclistas.
La nueva normativa establece excepciones para aquellos con necesidades específicas, como visitas al médico, entregas o acceso a eventos culturales en el centro. Las autoridades han indicado que en esta primera etapa de seis meses no habrá sanciones, como parte de una fase de adaptación que permite a los conductores familiarizarse con las nuevas reglas. Sin embargo, los conductores deberán justificar sus desplazamientos, ya que el objetivo es evitar que el centro de París sea utilizado como un atajo para el tráfico en la ciudad.
El gobierno local espera que este esfuerzo, similar a iniciativas en otras ciudades europeas como Madrid y Milán, permita “liberar el espacio público” que tradicionalmente ha estado ocupado por vehículos. París lleva años trabajando en mejorar la calidad de vida en el centro urbano; en la última década, se ha incrementado el uso de la bicicleta y se han abierto más espacios para peatones, especialmente en áreas antes dominadas por el tráfico vehicular, como la ribera del Sena.
Si bien la medida ha recibido apoyo por sus beneficios ambientales y sociales, algunos críticos argumentan que podría desplazar la congestión hacia barrios cercanos, generando nuevos problemas de tráfico en áreas residenciales. Ariel Weil, concejal de varios distritos en el centro de la ciudad, defiende que el propósito de la medida es asegurar que quienes transiten en el hipercentro lo hagan solo por razones justificadas y no como una vía de paso.
Este cambio en la política de transporte es un ejemplo del enfoque de París hacia una movilidad más sustentable y refleja una tendencia global en ciudades que buscan reducir el impacto de los vehículos en el entorno urbano. Con estas acciones, París se une a otras grandes capitales que están adoptando medidas para minimizar el uso de vehículos en sus centros y fomentar un entorno más saludable y accesible para sus habitantes y visitantes.