México y Canadá: destinos de los desechos tóxicos de Estados Unidos

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Una reciente investigación de The Guardian y Quinto Elemento Lab ha revelado que México y Canadá se han convertido en los principales destinos de los desechos tóxicos de Estados Unidos. Este flujo de residuos incluye plásticos de difícil reciclaje, productos electrónicos y sustancias químicas peligrosas que no pueden ser tratados adecuadamente dentro de las fronteras estadounidenses.

La externalización de la contaminación

Estados Unidos exporta toneladas de desechos peligrosos a países con menor capacidad para manejarlos, un fenómeno descrito como “colonialismo de los residuos”. Según Marisa Jacott, experta en derechos ambientales, esta práctica permite a Estados Unidos evitar los costos económicos y ambientales de gestionar estos desechos en su propio territorio, dejando a México y Canadá a merced de sus impactos negativos.

“Estados Unidos traslada su carga tóxica a países más débiles, donde las leyes ambientales son menos estrictas y los recursos para manejar esos desechos son limitados”, señaló Jacott.

Impacto en México

México recibe alrededor del 14% de los plásticos exportados por Estados Unidos, lo que equivale a más de 43,000 toneladas anuales. Estos residuos, que suelen acumularse en zonas fronterizas como Tijuana, generan contaminación masiva que afecta la calidad del aire y el agua. Las comunidades cercanas a los centros de reciclaje enfrentan un aumento en enfermedades respiratorias, cáncer y malformaciones congénitas.

A pesar de estos efectos devastadores, las autoridades estadounidenses han mostrado poca disposición para abordar el problema. La falta de regulación internacional eficaz y la renuencia de Estados Unidos a comprometerse con acuerdos como el Convenio de Basilea agravan la situación.

Impacto en Canadá

Canadá también enfrenta un flujo constante de desechos tóxicos provenientes de Estados Unidos, con más de 20,000 toneladas de residuos enviados anualmente. Aunque Canadá cuenta con regulaciones ambientales más estrictas que México, el sistema de manejo de residuos está siendo sobrepasado, generando riesgos para la salud pública, como enfermedades respiratorias y trastornos neurológicos relacionados con la exposición a sustancias peligrosas.

Greenpeace Canadá ha señalado que es urgente frenar estas exportaciones, ya que los costos asociados al tratamiento de estos residuos son insostenibles para el país receptor.

Un problema de justicia ambiental

La exportación de desechos tóxicos refleja una dinámica desigual en la que países como México y Canadá asumen los costos de los residuos generados por potencias económicas. Esta situación exige una acción internacional contundente para regular el comercio de desechos peligrosos y garantizar que los países productores asuman su responsabilidad ambiental.

El caso de los desechos tóxicos de Estados Unidos pone de manifiesto la necesidad de una mayor colaboración entre naciones para abordar problemas globales como la contaminación y el cambio climático. Sin una regulación efectiva, los costos seguirán recayendo en las comunidades más vulnerables, perpetuando la desigualdad ambiental a nivel internacional.

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