Los perros son parte esencial de millones de familias, aportando compañía, salud emocional y motivación para la actividad física. Pero aunque su amor es incondicional, su presencia también tiene efectos en el entorno natural que pocas veces se consideran.
Desde la producción de su alimento hasta sus paseos diarios, el impacto ambiental de los perros es real y merece atención. Aquí te compartimos ocho formas en las que tu lomito afecta al planeta —y qué puedes hacer al respecto.
- Contaminación por heces
Las heces caninas contienen bacterias y nutrientes que, si no se recogen, contaminan cuerpos de agua, provocan proliferación de algas y dañan ecosistemas. Siempre recoge los desechos de tu perro y deposítalos correctamente.
- Afectación a la fauna silvestre
Incluso con correa, los perros alteran el comportamiento de animales nativos al invadir su espacio con su olor, ladridos y presencia. Evita llevarlos a áreas protegidas o fuera de senderos marcados.
- Medicamentos veterinarios
Antiparasitarios y otros productos químicos pueden terminar en el agua o el suelo, afectando insectos y fauna acuática. Usa solo lo necesario y bajo supervisión veterinaria.
- Alimentación con alta huella de carbono
Las croquetas con mucha proteína animal tienen un alto costo ambiental. Considera marcas con ingredientes locales, menos carne o incluso dietas basadas en proteínas alternativas aprobadas.
- Residuos sólidos
Juguetes, bolsas para desechos, envolturas y camas generan basura no reciclable. Opta por productos reutilizables, compostables o elaborados con materiales reciclados.
- Riesgo de transmisión de enfermedades
Perros sin control veterinario pueden contagiar enfermedades a la fauna silvestre. Vacúnalo, esterilízalo y evita que deambule sin supervisión.
- Sobrepoblación canina
Con más de 900 millones de perros en el mundo, su presión ecológica es elevada, especialmente en zonas urbanas y rurales. La esterilización y la adopción responsable son esenciales.
- Ocupación de espacios naturales
En playas, parques y reservas, la presencia de perros puede alterar procesos como la anidación o regeneración de flora. Respeta las zonas de acceso restringido y sigue las reglas locales.
Cuidar a tu lomito también es cuidar del planeta
Reducir el impacto ambiental de los perros no implica alejarlos de nuestra vida, sino repensar su cuidado de forma más consciente. Desde recoger sus heces hasta elegir productos más sostenibles, cada acción suma.
Promover una tenencia responsable, regulaciones locales y productos amigables con el ambiente es tarea de todos: tutores, industrias y gobiernos.