A menos de cinco años del plazo fijado, el panorama es contundente: ningún país logrará cumplir en su totalidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de la ONU. Así lo reveló un estudio publicado por la revista científica PLOS One, que analizó dos décadas de datos en 107 países para evaluar el progreso real hacia los 17 objetivos globales.
Un enfoque fragmentado impide el avance
Los ODS fueron diseñados para erradicar la pobreza, proteger el medio ambiente y garantizar una vida digna para todas las personas. Sin embargo, tratar cada objetivo de forma aislada ha sido uno de los principales errores. El estudio demuestra que el avance en una meta puede frenar el progreso de otra, y que los países no han adoptado un enfoque sistémico ni contextualizado.
Ejemplo de ello es priorizar el crecimiento económico sin atender su impacto ambiental, lo que obstaculiza los esfuerzos frente al cambio climático. Para cumplir la Agenda 2030, se requiere una visión integral y coherente, en la que todas las políticas, -económicas, sociales o ambientales-, estén alineadas con la sostenibilidad.
El contexto importa: geografía, historia y alianzas
A través de herramientas de inteligencia artificial, los investigadores identificaron seis trayectorias de desarrollo comunes entre los países, determinadas por factores como la historia colonial, los vínculos comerciales o las alianzas regionales. Esto demuestra que no hay soluciones universales: cada nación necesita estrategias a medida.
Paradójicamente, las naciones más desarrolladas, como Estados Unidos o varios países europeos, son las que más tardarían en cumplir los ODS, debido a su alta huella ambiental. Según el estudio, podrían alcanzarlos hasta 2100, lo que pone en duda la relación directa entre desarrollo económico y sostenibilidad.
El rol clave del sector privado
La responsabilidad social empresarial (RSE) es clave en este escenario. Las empresas tienen la capacidad —y la responsabilidad— de alinear sus modelos de negocio con los ODS, desde el diseño de productos sostenibles hasta la gestión de cadenas de suministro éticas.
Integrar los ODS en la estrategia corporativa ya no es una opción, sino una necesidad urgente. Para avanzar, es indispensable que las compañías midan su impacto, rindan cuentas y prioricen decisiones que generen valor compartido.
Urge repensar la estrategia global
Uno de los mensajes más claros del estudio es que el modelo actual de cumplimiento de los ODS necesita reformularse. Establecer metas sin considerar las capacidades locales y sin coordinación real entre ciencia, política y sociedad civil ha demostrado ser insuficiente.
El desarrollo sostenible requiere diálogo multiactor, indicadores más sensibles a la desigualdad y mecanismos de cooperación que incluyan las voces del Sur Global y las comunidades más afectadas.
Más allá de 2030: transformar el sistema
El posible fracaso de la Agenda 2030 no debe interpretarse como un cierre, sino como un llamado a rediseñar los mecanismos globales de gobernanza y rendición de cuentas. Mirar más allá del horizonte implica fortalecer la ambición, fomentar nuevas alianzas y transformar los modelos que perpetúan desigualdades estructurales.
El estudio de PLOS One es un llamado urgente a pasar del discurso a la acción. El desarrollo sostenible no puede seguir siendo un objetivo abstracto. Es, hoy más que nunca, una condición para la supervivencia colectiva.