Un informe reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo de la ONU, advierte que las emisiones de carbono vinculadas a la inteligencia artificial (IA) se han incrementado un 150% entre 2020 y 2023. Este aumento está directamente relacionado con la expansión de centros de datos que respaldan el desarrollo de modelos avanzados de IA.
Empresas como Amazon, Microsoft, Alphabet y Meta reportaron un alza significativa en sus emisiones indirectas —principalmente por el consumo eléctrico de sus operaciones digitales—. Amazon encabeza la lista con un incremento del 182%, seguida por Microsoft (155%), Meta (145%) y Alphabet (13%).
Estas emisiones, conocidas como de Alcance 2, derivan de la energía comprada para operar servidores, sistemas de refrigeración y procesamiento de datos. Según la UIT, los sistemas de IA más intensivos podrían generar más de 100 millones de toneladas de CO₂ al año, un nivel comparable al de las emisiones anuales de países enteros.
La ONU advierte que la actual brecha entre las metas de sostenibilidad corporativa y las emisiones reales podría poner en riesgo los compromisos del Acuerdo de París. Pese a que las grandes tecnológicas han adoptado objetivos ambientales, el informe señala que aún no se reflejan reducciones significativas.
Además del impacto climático, el crecimiento de la IA está generando presión sobre la infraestructura energética global. La demanda de electricidad de los centros de datos aumenta cuatro veces más rápido que el consumo promedio, lo que podría provocar apagones y retrasar la adopción de energías limpias en países en desarrollo.
El informe concluye que sin regulación efectiva, estándares independientes de verificación y colaboración multilateral, la industria digital no podrá contener su huella ambiental. La IA debe desarrollarse con criterios de sostenibilidad desde su origen, o se convertirá en un obstáculo ambiental de escala global.