Un equipo de 16 buzos logró retirar una red de pesca fantasma de 100 metros de longitud y 30 de ancho del fondo marino del Parque Nacional Zona Exclusivamente Marina Archipiélago Espíritu Santo, en Baja California Sur. La operación, que duró tres días e implicó 40 horas bajo el agua, contó con la participación de la CONANP, la Secretaría de Marina, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), Conservación Internacional México y la organización Comunidad y Biodiversidad (COBI).
La red, ubicada gracias al reporte de la comunidad local, estaba parcialmente enterrada a profundidades de entre 14 y 18 metros en la zona de La Tintorera, dentro de Ensenada Grande, y permanecía intacta tras varios años sumergida. Para extraerla se utilizaron bolsas de elevación que permitieron izarla en dos secciones y evitar daños al arrecife cercano. Previo a su retiro, el equipo realizó la reubicación controlada de especies marinas como caballitos de mar, erizos, estrellas y caracoles, en un proceso que requirió alrededor de 60 inmersiones.
La operación fue liderada por Edgardo Ochoa, especialista en buceo de Conservación Internacional, quien capacitó a los guardaparques en técnicas avanzadas de retiro de redes. “Estas artes de pesca fantasma pueden desplazarse durante décadas, atrapando ballenas, delfines o tortugas. Retirar una red de este tamaño es una carrera contra el tiempo para salvar vida marina”, afirmó.
Para Dilia Meza, directora del Área Natural Protegida, la capacitación otorgada convierte a los guardaparques de Bahía de La Paz en el primer grupo de CONANP entrenado en este tipo de operaciones a nivel nacional. “Les permitirá intervenir de inmediato ante futuros incidentes y garantizar la conservación de sus áreas a largo plazo”, señaló.
La expedición fue posible gracias al apoyo de SC Johnson, socio estratégico de Conservación Internacional México en la protección de ecosistemas marinos y comunidades costeras. En los últimos dos años, esta colaboración ha permitido capacitar a más de 20 buzos en comunidades del país y remover más de tres toneladas de redes y desechos marinos, fortaleciendo la respuesta local frente a una de las amenazas más graves para la biodiversidad oceánica.



