Para Unilever de México, la sustentabilidad dejó de ser un departamento aislado y se convierte en un elemento intrínseco a cada parte de su negocio: desde la producción hasta la distribución, pasando por la relación con comunidades y el abastecimiento.
Según Mei Crespo, jefa de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de la empresa en México y Latinoamérica, la clave está en integrar los objetivos sostenibles con los resultados del negocio. “La sustentabilidad para Unilever es igual a negocio, porque no está desagregada de, está integrada en todo lo que hacemos.”
De la visión a la práctica
La estrategia se sustenta en cuatro prioridades:
- Acción frente al clima, con el objetivo de emisiones netas cero en toda la cadena de valor.
- Natureza regenerativa, invirtiendo en tecnologías de captación de agua, ultrafiltración y prácticas agrícolas responsables.
- Plásticos y residuos, mediante el aumento del uso de materiales reciclados, reducción de plástico virgen y diseño optimizado de envases.
- Medios de vida dignos, garantizando que los colaboradores y proveedores participen en una cadena que también genera impacto social e inclusión.
Una de sus instalaciones en Morelos destaca como la primera planta de Unilever en Latinoamérica en alcanzar cero emisiones netas, donde se fabrican marcas como Rexona, Dove o Axe. Este logro ejemplifica cómo la sustentabilidad se materializa en operaciones concretas.
Una cultura integrada
La empresa afirma que todos los colaboradores trabajan bajo metas de sustentabilidad y no solo aquellas vinculadas al medio ambiente, sino que también a la dimensión social —diversidad, inclusión, comunidad— lo que refuerza una visión integral del negocio. En este enfoque, no basta con que exista un equipo dedicado; la sustentabilidad debe permear cada decisión, cada proceso, cada socio.
Hacia un negocio rentable y responsable
Unilever de México sostiene que el éxito del negocio no puede medirse únicamente en términos de rentabilidad. Para ellos, crecer “de la manera correcta” incluye proteger el planeta y contribuir al bienestar social. Esta postura se ve reflejada en sus operaciones cotidianas: suministro responsable, bajas emisiones, materiales reciclados y respeto a las comunidades donde operan.
El mensaje es claro: si no hay un planeta sano, no puede haber negocio sostenible.



