El Congreso de la Ciudad de México y la organización ambiental ECOCE anunciaron una alianza estratégica para implementar un modelo de economía circular en el recinto legislativo. El objetivo es convertir uno de los espacios públicos más emblemáticos de la capital en un ejemplo vivo de gestión sostenible de residuos, optimización de recursos y prácticas responsables con el ambiente. Con esta colaboración, ambas instituciones buscan impulsar una cultura de reducción de residuos, separación eficiente y fomento de materiales reciclables dentro del propio Congreso.
La iniciativa responde a la necesidad de fortalecer políticas públicas sustentables y demostrar que la transición hacia una economía circular puede realizarse de manera concreta y efectiva aún en entornos institucionales complejos. El acuerdo contempla la adopción de esquemas de recolección diferenciada de residuos, acciones de sensibilización para legisladores, personal administrativo y visitantes, además de mecanismos para medir avances y resultados a lo largo del tiempo.
Transformación en acción
Entre las acciones pactadas se encuentran la implementación de estaciones de separación de residuos en diferentes áreas del recinto, campañas continuas de educación ambiental y la incorporación de indicadores que permitan evaluar el impacto de las medidas. El propósito es que el propio Congreso funcione como un laboratorio de prácticas sustentables que puedan replicarse en otras instituciones públicas y privadas.
La alianza también incluye talleres y capacitaciones sobre los principios de la economía circular, dirigidos tanto a quienes laboran en el Congreso como a grupos de la sociedad civil interesados en adoptar modelos de gestión sostenible. De esta forma, el proyecto combina esfuerzos institucionales con participación comunitaria para promover cambios de comportamiento que van más allá de simples estrategias de reciclaje.
Un modelo que trasciende fronteras institucionales
La economía circular plantea un enfoque donde los recursos se mantienen en uso el mayor tiempo posible, se reducen los desperdicios y se busca valorizar materiales mediante procesos de reutilización, reparación, remanufactura y reciclaje. Aplicar estos conceptos al funcionamiento de un órgano legislativo representa una apuesta significativa, dado el volumen de actividades y flujo diario de personas que transitan en el recinto.
Con este proyecto, el Congreso de la CDMX se posiciona como un actor activo en la agenda ambiental de la ciudad y del país, dando seguimiento a compromisos globales de sostenibilidad y contribuyendo a la consolidación de políticas públicas que favorezcan la protección del ambiente. Además, la alianza con ECOCE reafirma el papel de las organizaciones civiles como socios estratégicos para impulsar iniciativas que generan impacto real en la gestión de recursos y la reducción de la huella ecológica de instituciones públicas.
Hacia una cultura sustentable
Los promotores de esta alianza resaltan que la transición hacia una economía circular no ocurre de la noche a la mañana: requiere compromiso, educación y coordinación entre distintos actores. Sin embargo, convertir al Congreso de la Ciudad de México en un modelo de estas prácticas envía un mensaje claro: la sustentabilidad puede y debe integrarse en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
Con esta colaboración, tanto el poder legislativo como ECOCE aportan a que las prácticas ambientales de alto impacto dejen de ser aspiracionales para convertirse en acciones tangibles que beneficien al ambiente y a la sociedad en general. El reto ahora es mantener el impulso, evaluar resultados y ampliar este enfoque a otras instancias de gobierno, empresas y comunidades, consolidando así una cultura más responsable con el planeta.


