La Responsabilidad Social como clave para el éxito empresarial

Por Mauricio Elías

En los últimos años, diversos fenómenos económicos a nivel mundial como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) y recientemente, la crisis económica ocasionada por la pandemia por COVID-19, han provocado que la incertidumbre económica haya aumentado de manera significativa. Esto sin duda impacta en la sociedad y de manera directa, en las empresas que se enfrentan a escenarios inciertos que, en el mejor de los casos, provocan que sus beneficios disminuyan o afectan sus proyecciones financieras y en el peor, el cierre de negocios con la consiguiente pérdida de fuentes de trabajo.

Ante estas circunstancias, en las que se prevé que la economía mexicana tendrá una caída en el PIB de alrededor de 8 por ciento al final de 2020, una pérdida neta de empleos formales de alrededor de 500 mil puestos y un aumento de la población desocupada (sector formal e informal) de alrededor de 4.5 millones de personas, es crucial que las empresas y negocios busquen fórmulas para retener al personal que le permita continuar con sus actividades productivas.

Según estudios de la Sociedad para el Manejo de Recursos Humanos (Society for Human Resource Management) señalan que una empresa tarda en promedio 42 días en contratar a un trabajador y que los costos incurridos en la contratación, capacitación y remuneración se recuperan una vez pasados los primeros 6 meses. Aunado a esto, la revista Training Magazine señala que los costos de capacitación para empresas pequeñas son más del doble que para las empresas grandes y un poco menos del doble que para las medianas.

En este contexto, las empresas que han adoptado prácticas de responsabilidad social tienen herramientas adicionales para incentivar a sus colaboradores a afrontar de mejor manera el panorama actual en diferentes aspectos como el económico, organizacional y de recursos humanos. En este escenario, la implementación de políticas de flexibilidad laboral como el trabajo en casa o Home Office han pasado de ser un privilegio que otorgaban pocas empresas a una necesidad para evitar contagios por COVID-19 en el entorno laboral.

Las políticas de responsabilidad social como la incorporación de salas de lactancia, incentivos para el uso de medios alternativos de transporte como bicicletas, transporte de personal hacia la oficina, campañas de reforestación, políticas de ahorro de energía en la oficina o incluso, la separación de desechos para incentivar el reciclaje pueden incidir positivamente en los colaboradores, ya que podría generar en ellos un sentimiento de orgullo al pertenecer a esas organizaciones y, por lo tanto, una menor rotación de personal, lo que conlleva menores costos de contratación y capacitación. Por último, una empresa socialmente responsable puede atraer a mejores talentos que comulguen con esas prácticas.

Finalmente, la adopción de mejores prácticas laborales por las empresas líderes en el mercado puede servir de referencia para que micro, pequeñas y medianas empresas adopten prácticas similares, lo cual conllevaría una mejora generalizada en las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos.