¿Cómo pueden las grandes industrias ayudar a nuestro planeta?
Por Luis Gerardo García, director general de AMD México
Nos encontramos en un momento crítico para la Tierra. A raíz de la pandemia, la contaminación a escala global ha incrementado a cifras nunca antes vistas: tan solo el año pasado se alcanzaron récords en emisiones contaminantes de dióxido de carbono (CO2) rebasando los 36,300 millones de toneladas (800 millones de las cuales se generan exclusivamente en México) debido a la acelerada actividad de empresas que actualmente dependen de energías no renovables. Por si fuera poco, esta situación ha ocasionado que la temperatura global comience a alcanzar niveles preocupantes y se estima que, de no encontrar una solución para frenar el efecto invernadero, para el 2060 la habremos elevado hasta 4 grados. Ante esta situación, resulta primordial que los líderes de las grandes compañías en nuestro país (uno de los principales generadores de gases contaminantes) busquen mejores estrategias para ayudar al medio ambiente.
Invertir en energías más eficiente
Una de las principales áreas de oportunidad para el sector industrial es la correcta gestión de energía empleada para el funcionamiento de la tecnología. Por ejemplo, los centros de datos, que juegan un papel sumamente importante en la transformación digital, requieren hasta 300 teravatios por hora, lo cual los hace responsables del 0.3% de las emisiones de carbono a nivel global. A pesar de que esta cifra no parece muy representativa a simple vista, se estima que, de no modernizar estos dispositivos, su consumo eléctrico podría aumentar hasta quince veces para el 2030, aumentando considerablemente la cantidad de gases contaminantes en la atmósfera. Algo que se podría poner en práctica para resolver esta problemática es la inversión en el desarrollo de CPUs y GPUs para servidores que tengan la capacidad de acelerar la eficiencia eléctrica sin poner en riesgo el rendimiento y seguridad. Con ello, no solo reduciríamos la huella de carbón, sino que ahorraríamos billones de horas de kilowatts en el poder necesario para que estos funcionen.
Gestionar el ciclo de vida de los productos
Además de implementar sistemas de energía más eficientes, también es igual de importante llevar a cabo una gestión inteligente sobre el ciclo de vida de los productos y el número de dispositivos necesarios para llevar a cabo una función. En este aspecto, los últimos avances en el ámbito de procesadores han permitido la creación de nuevos servidores que son capaces de generar mayor rendimiento, con menos espacio, menos dispositivos, el poder necesario y costos rentables para poder operar. De igual forma, se prevé que las tecnologías de la nube del cloud computing reduzcan hasta un billón de toneladas métricas de CO2 en los próximos dos años al transportar una enorme cantidad de datos al ámbito virtual.
Reducir el uso de materiales contaminantes
No cabe duda de que una de las principales estrategias que las grandes industrias deben priorizar es el correcto manejo de sus desechos, sobre todo de aquellos que pueden ser reutilizados para generar nuevos productos. Esto no debe tomarse a la ligera, y más aún cuando cada año se arrojan más de 13 mil toneladas de plástico y silicona al océano en Norteamérica y América Central. Ante este panorama, la modernización de las cadenas de suministro debe ser clave para reciclar aquellos materiales que pueden continuar su ciclo de vida después de su primer uso al ser transformados en nuevos productos y empaques. Adicionalmente, una buena práctica para el impacto positivo del medio ambiente durante las primeras etapas de la manufactura es optar por embalajes más pequeños para reducir el número de recursos utilizados para su fabricación y, al mismo tiempo, disminuir el uso de combustible durante la distribución a los puntos de venta.
Nos encontramos en un momento crítico para nuestro planeta, sin embargo, si todos nos unimos para buscar las mejores prácticas para ayudarlo, podremos crear una huella positiva en él que podrá ser apreciada por generaciones futuras. Aún estamos a tiempo.