72% de los niños piden videojuegos digitales para esta Navidad: ¿hay consecuencias ecológicas?
La creciente preferencia por los videojuegos digitales, especialmente entre los jóvenes, está marcando un cambio significativo en la industria del entretenimiento. Un reciente estudio de la Entertainment Software Association (ESA) reveló que el 72% de los niños en Estados Unidos incluyen videojuegos digitales en sus listas de deseos navideños. Mientras que solo un 22% de los encuestados, con edades comprendidas entre los 10 y 17 años, prefieren los juegos físicos. Esta tendencia, que se intensificará en los próximos dos años, sugiere que para 2028 la mayoría de los juegos de alta calidad (AAA) solo estarán disponibles en formato digital, según Mat Piscatella, director ejecutivo del centro de análisis Circana.
El impacto ambiental de esta transición es notable. Al reducir la demanda de juegos físicos, disminuye la producción de plásticos y otros materiales utilizados en carátulas, discos y cartuchos. Estos cambios podrían tener un efecto positivo en la reducción de residuos y la conservación de recursos. No obstante, la creciente digitalización de los videojuegos también conlleva desafíos significativos, especialmente en términos de consumo energético.
Los servidores que almacenan y transmiten juegos digitales requieren una cantidad considerable de energía para su funcionamiento. Según un informe de Greenpeace, “Clicking Clean”, los centros de datos y las redes de telecomunicaciones consumen aproximadamente el 7% de la electricidad global. Este consumo está destinado a aumentar, impulsado por la creciente demanda de servicios digitales como los videojuegos en línea.
Aunque los juegos digitales eliminan la necesidad de materiales físicos, la infraestructura necesaria para soportar plataformas de juegos en línea y el almacenamiento en la nube generan una huella de carbono significativa. Estos centros de datos no solo consumen grandes cantidades de electricidad, sino que también requieren sistemas de enfriamiento intensivos, lo que contribuye aún más al consumo energético.
Las empresas de videojuegos y plataformas de distribución digital enfrentan el reto de equilibrar la demanda creciente con prácticas sostenibles. Iniciativas como el uso de energías renovables para alimentar los centros de datos, la optimización de la eficiencia energética y la adopción de tecnologías más sostenibles se vuelven cruciales para mitigar el impacto ambiental.
En resumen, mientras que la transición a videojuegos digitales presenta beneficios ambientales significativos en términos de reducción de residuos plásticos, también plantea el desafío de aumentar el consumo energético. Abordar este desafío requerirá un compromiso continuo por parte de la industria del entretenimiento y la tecnología para adoptar prácticas más sostenibles y reducir su huella de carbono.