6 especies en peligro de extinción en México en el último trimestre de 2024

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México, uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, enfrenta una crisis ambiental alarmante. Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), más de 500 especies están en peligro de extinción y más de 1,000 están sujetas a protección especial. La pérdida de hábitat, el cambio climático y el tráfico ilegal de especies son las principales amenazas que ponen en riesgo a animales icónicos del país.

Un caso emblemático es la foca monje del Caribe, que una vez habitó las aguas del Golfo de México y el Caribe, pero fue declarada extinta en 1982 debido a la caza excesiva y la destrucción de su hábitat. La desaparición de esta especie es un recordatorio de cómo la intervención humana puede llevar a la extinción total de una especie, privando al mundo de su biodiversidad única.

Otra especie en grave peligro es el mono aullador negro, una especie endémica del sur de México, particularmente en los estados de Tabasco y Chiapas. Este primate ha sufrido un dramático declive debido al cambio climático y la pérdida de su hábitat natural. Las recientes olas de calor en la región han agravado su situación, con reportes de monos sufriendo golpes de calor y deshidratación, lo que ha provocado su caída de los árboles y en muchos casos, la muerte. Alejandro Olivera, del Centro para la Diversidad Biológica, destacó que el cambio climático y el tráfico ilegal de estos animales, vendidos como mascotas, son las mayores amenazas para su supervivencia.

El lobo mexicano, la subespecie más pequeña del lobo gris en América del Norte, también está en una situación crítica. A pesar de los esfuerzos por reintroducirlo en su hábitat natural, menos de 100 ejemplares viven en estado libre. Las campañas de erradicación del siglo pasado casi exterminaron a esta especie, y aunque se han implementado programas de conservación, la caza y la pérdida de hábitat siguen siendo amenazas latentes.

Uno de los símbolos más representativos de la biodiversidad mexicana es el ajolote, una salamandra que habita en los canales de Xochimilco en Ciudad de México. Este animal, conocido por su capacidad de regenerar partes de su cuerpo, ha visto su población desplomarse debido a la contaminación y la urbanización descontrolada. La especie, una vez común, hoy enfrenta un riesgo de extinción inminente.

La guacamaya roja, ave que desempeñaba un rol importante en las culturas precolombinas, también está en peligro. La tala de los bosques tropicales y el tráfico ilegal de aves para su venta como mascotas han reducido drásticamente su población. En la actualidad, la guacamaya solo habita pequeñas áreas de la selva Lacandona en Chiapas, lejos de las extensas zonas que una vez dominaba.

Finalmente, la vaquita marina, el cetáceo más pequeño del mundo y endémico del Alto Golfo de California, se enfrenta a una batalla prácticamente perdida. Con menos de una decena de ejemplares en libertad, esta especie se ha visto atrapada accidentalmente en redes ilegales destinadas a la pesca de la totoaba, un pez que es cazado por su alto valor en el mercado asiático.

Alejandro Olivera resume la situación: “Las especies en México enfrentan tres grandes amenazas: el tráfico ilegal, la pérdida de hábitat y el cambio climático. Sin una intervención urgente, corremos el riesgo de perder no solo especies icónicas como la vaquita marina o el ajolote, sino también muchos otros animales menos conocidos pero igualmente importantes para el equilibrio de nuestros ecosistemas.” La necesidad de acciones efectivas de conservación nunca ha sido tan crítica como ahora.

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