Un estudio global de BSI revela que la automatización avanza más rápido que las oportunidades laborales para los jóvenes, mientras crece la brecha entre innovación y desarrollo humano.
La conversación sobre el futuro del trabajo ha dejado atrás el entusiasmo inicial por la tecnología para dar paso a una preocupación real: la inteligencia artificial (IA) está comenzando a sustituir a los nuevos empleados. Según un estudio de la British Standards Institution (BSI), los líderes empresariales están invirtiendo más en IA que en nuevas contrataciones, reduciendo así las oportunidades de empleo para la generación Z.
El fenómeno, que algunos expertos denominan “apocalipsis laboral”, refleja una transformación estructural del mercado: la automatización desplaza a los jóvenes en la medida en que las empresas priorizan la eficiencia sobre la formación. Cuatro de cada diez directivos afirman que la IA ya les ha permitido reducir su plantilla y muchos prevén que esta tendencia se intensifique en los próximos cinco años.
Cuando las máquinas reemplazan el aprendizaje
De acuerdo con The Guardian, la brecha entre generaciones no solo es tecnológica, sino también de oportunidad. Las organizaciones están destinando menos recursos al desarrollo de talento joven y más a sistemas automatizados capaces de realizar tareas administrativas o analíticas con mayor velocidad y menor costo.
El informe de BSI señala que el 39% de los líderes ya ha eliminado roles de nivel inicial, afectando directamente a los recién egresados. Los primeros empleos, tradicionalmente espacios de aprendizaje, están desapareciendo ante una automatización que prioriza resultados inmediatos.
Susan Taylor Martin, directora ejecutiva de BSI, lo resume así: “La tensión entre aprovechar la IA y fomentar una fuerza laboral próspera es el desafío que define nuestro tiempo.” Su afirmación pone en relieve una disyuntiva urgente: ¿cómo mantener la productividad sin eliminar las oportunidades de desarrollo profesional para las nuevas generaciones?
Entre la inversión tecnológica y la inversión humana
El estudio revela otro dato preocupante: en los informes anuales de las compañías, la palabra “automatización” aparece casi siete veces más que “reentrenamiento” o “mejora de habilidades”. Esta disparidad evidencia que, pese al discurso sobre el “talento del futuro”, las estrategias de desarrollo humano siguen rezagadas.
Más de la mitad de los líderes consultados reconocieron sentirse afortunados de haber iniciado su carrera antes del auge de la IA, mientras que el 53% considera que los beneficios de la automatización superarán sus efectos negativos en el empleo. El dilema es claro: la productividad avanza, pero el talento joven se queda atrás.
Riesgos del nuevo mercado laboral
En el Reino Unido, donde el desempleo ha alcanzado su nivel más alto en cuatro años, la preocupación por el impacto de la IA se ha vuelto cotidiana. La mitad de los trabajadores teme perder su empleo a causa de la automatización. Sin embargo, los economistas advierten que el enfriamiento del mercado laboral responde también a factores económicos y demográficos.
A esto se suma el entusiasmo financiero en torno a las empresas de IA, que podría derivar en una burbuja tecnológica si la inversión no se traduce en empleos sostenibles. De fondo, persiste la pregunta: ¿qué tan sólido puede ser un modelo que prioriza la eficiencia digital por encima del desarrollo humano?
Un futuro con jóvenes, no sin ellos
El avance de la inteligencia artificial no tiene por qué significar la exclusión de la generación Z. La IA puede coexistir con el talento humano si las empresas asumen su rol formador y apuestan por la capacitación, la mentoría y la inclusión tecnológica.
Decir que la IA desplaza a la Gen Z no debe convertirse en una profecía cumplida, sino en una llamada de atención. Invertir en innovación sin invertir en las personas que la harán posible es una estrategia incompleta. La verdadera transformación del trabajo no radica solo en el uso de algoritmos, sino en la capacidad de las organizaciones para integrar creatividad, empatía y propósito humano en la era digital.
