La UE advierte que el borrador de Brasil para la COP30 supone un retroceso frente a los acuerdos de la COP28

La Unión Europea advirtió que el borrador presentado por Brasil para la COP30, a celebrarse en Belém en 2025, representa un retroceso respecto a los compromisos alcanzados en la COP28. El documento, difundido durante las negociaciones de la ONU, elimina toda referencia a la reducción progresiva del uso de combustibles fósiles, un punto que los países europeos consideran esencial para orientar la transición energética global.

La alerta fue emitida por delegados europeos después de analizar la propuesta brasileña, que reemplaza la “hoja de ruta” discutida previamente para acelerar la descarbonización. La ausencia de este elemento sorprendió a países que esperaban mayor coherencia con el impulso político generado en Dubái y generó preocupación sobre la dirección que tomarán las conversaciones climáticas en los siguientes días.

Un borrador que enciende alertas entre países y negociadores

Lars Aagaard, ministro de Clima de Dinamarca y negociador principal de la UE, calificó la propuesta como insuficiente y señaló que, para el bloque europeo, no es aceptable un acuerdo que omita compromisos vinculados al abandono de los hidrocarburos. Subrayó que la reducción de emisiones debe mantenerse en el centro del texto final y que, sin ese componente, la COP30 corre el riesgo de enviar una señal equivocada sobre la urgencia del problema climático.

El malestar también se manifestó en América Latina y otras regiones. Delegaciones de México, Chile, Colombia y las Islas Marshall expresaron su desacuerdo con la modificación del documento y recordaron que la referencia a la hoja de ruta fue una de las conclusiones más relevantes de la COP28. Un grupo de más de treinta países envió una carta a la presidencia brasileña solicitando reconsiderar el borrador antes de ser sometido a votación.

Presiones energéticas y desacuerdos en la mesa de negociación

El cambio en el texto refleja la presión persistente de países productores de petróleo, que han mostrado reservas ante cualquier lenguaje que sugiera acelerar el proceso de disminución del uso de combustibles fósiles. Esta tensión, presente en negociaciones previas, volvió a evidenciar la dificultad de equilibrar intereses económicos con las demandas climáticas internacionales.

Organizaciones sociales y grupos ambientales también reaccionaron, señalando que la eliminación de la hoja de ruta podría debilitar la claridad del mensaje hacia gobiernos, empresas y ciudadanía que ya trabajan en la transición energética. Para estos actores, el retroceso simbólico afecta la confianza en el proceso multilateral y contrasta con los impactos que el cambio climático deja ver en comunidades vulnerables.

Negociaciones extendidas y un cierre todavía incierto

Aunque el cierre de la COP30 estaba previsto para finales de semana, las diferencias han prolongado las sesiones y mantienen un ambiente de incertidumbre. No está claro si Brasil reincorporará el lenguaje sobre combustibles fósiles o si buscará un acuerdo que permita cerrar la conferencia sin fracturas mayores.

Las delegaciones continúan negociando bajo la presión de lograr un documento que mantenga la ambición climática sin romper alianzas diplomáticas. El desenlace determinará si la COP30 se recuerda como un punto de estancamiento o como el momento en que la comunidad internacional logró encauzar nuevamente el rumbo hacia una transición más clara y coherente con la urgencia climática global.

Vota en nuestra encuesta

En este Black Friday, ¿qué será más importante para ti?

¡Comparte!

Facebook
WhatsApp
LinkedIn
X
Email

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¡Ayúdanos suscribiéndote y
compartiendo esta historia!

Recuerda que puedes enviarnos tus propuestas de historias y
comentarios a través del correo [email protected]

Espacio para
Banner publicitario