Programa “De mi Patio a mi Mesa”: Proyecto de Autoconsumo
En Autlán, conscientes de la problemática de la desnutrición en la Sierra Alta del Estado de Hidalgo, desarrollamos en conjunto con las comunidades, acciones que impulsan el desarrollo sostenible de nuestra zona de influencia a través de planes y programas basados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Nacional Unidas (Objetivo 2: Hambre Cero).
En este sentido, desde el 2013, se lleva a cabo el proyecto de autoconsumo para la crianza de gallinas de posturas y obtención de huevos. La iniciativa surge como propuesta de ofrecer alimentos con alto contenido en proteínas, además de ser una fuente de abastecimiento de alimentos frescos y de calidad, y sobre todo un apoyo a la economía de las familias.
En 2018, el proyecto se renueva bajo el nombre De mi patio a mi mesa, con el objetivo de disminuir los problemas nutricionales y mejorar la calidad de vida de los participantes. Consiste en otorgar paquetes de 20 pollitos (18 hembras y 2 machos) de 4 semanas, a un precio menor al del mercado, donde Autlán otorga un subsidio en apoyo a la economía de las familias.
El proyecto impacta a 476 familias en 24 comunidades del área de influencia de la empresa, distribuyendo un total de 9,681 pollitas ponedoras.
Según la Organización Mundial de la Salud, la ingesta diaria recomendada de proteína es de 0.8 gramos por cada kilogramo de masa del individuo, equivaliendo en 49.6 gramos de proteína recomendada por persona al día, considerando un peso promedio de ser humano adulto de 62 kg, calculado por BMC Public Health.
En condiciones adecuadas de espacio, cada paquete de 18 gallinas puede producir 90 huevos semanales, equivalente a 1,170 gramos de proteína, cubriendo el 84% de ingesta recomendada para una familia de 4 individuos por toda una semana. El 16% restante se puede completar con el consumo de otras fuentes alimenticias como el maíz, equivaliendo al consumo necesario de 5 tortillas diarias por persona.
La producción de huevos caseros es una alternativa para cubrir el requerimiento nutrimental recomendado y disminuir la desnutrición y anemia. Adicionalmente, se calcula que las familias participantes recuperan su coinversión inicial en las primeras 4 semanas de producción, y en la semana 5 obtienen un ahorro significativo en el gasto destinado a la compra del huevo. Además, considerando la vida productiva de la gallina de 2 a 3 años, las familias obtienen un doble beneficio al poder consumir su carne después de este tiempo.