Estudio señala que acuerdo de protección a la capa de ozono en los años 80 salvó el planeta
El tratado de 1987 para reparar la capa de ozono ha sido tal vez una de las acciones más trascendentales para el cuidado del paneta.
Cabe destacar que la capa de ozono protege a la Tierra de rayos ultravioleta que causan cáncer, descontrol climático y destrucción de ecosistemas.
En este sentido, la revista Nature, informó que si no hubiera sido por la prohibición de gases artificiales que disuelven el ozono, para 2100 habrían calentado la superficie del planeta 2,5ºC por encima del calentamiento causado por la contaminación por carbono
En este sentido, cabe acotar que un aumento de 1ºC desde mediados del siglo XIX ha causado olas mortales de calor, lluvias estruendosas y subida del nivel del mar.
Si no fuera por este acuerdo de protección a la capa de ozono, ni siquiera una unión internacional, como la del Acuerdo de París de 1,5ºC, hubiera evitado la creación de un mundo de 4ºC inhabitable.
Además de su efecto corrosivo sobre la capa de ozono, los CFC, ampliamente utilizados en las décadas de 1970 y 1980 como refrigerante, también son un potente gas de efecto invernadero que atrapa el calor hasta 10.000 veces más eficientemente que el dióxido de carbono.
Pero lo que los investigadores se han olvidado de investigar hasta ahora es el impacto que la radiación ultravioleta adicional habría tenido en la capacidad de la naturaleza para absorber gases de efecto invernadero.
Desde aproximadamente 1960, los bosques y el suelo han absorbido alrededor del 30% de todo el CO2 que la humanidad ha arrojado a la atmósfera, incluso cuando esas emisiones se han incrementado a la mitad. Los océanos se han sifonado otro 20%.