COP26
Por Klaus Gérman Phinder
Compromisos “insuficientes”, acuerdos interesantes y espacio de críticas
Finalmente se llevó a cabo la COP26 en Glasgow, Escocia, el evento más grande y esperado por quienes a diario trabajamos para promover la sostenibilidad en el mundo. Si bien se abordaron temas importantes, existe un debate entre especialistas y activistas sobre la relevancia y efectividad del evento.
En este espacio se desarrollan solo algunos de los puntos importantes y trascendentales que dejó la cumbre, así como los señalamientos que hicieron importantes personalidades.
Retrasos en financiamiento y promesas vagas
El grupo del G20, conformado por las naciones más desarrolladas económica y socialmente, se comprometieron “con alcanzar la neutralidad de carbono para mediados de siglo”.
Se trata de un compromiso poco concreto, tomando en cuenta que viene de parte de las naciones con la huella de carbono más grande y que cuentan con mayores posibilidades para desplegar acciones y cumplir con sus objetivos. ¿No se supone que las naciones más ricas del mundo ya deberían tener una proyección más o menos concreta en cuanto a cuándo lograrían ser neutrales en emisiones? Pues si bien algunos países sí cuentan con compromisos concretos para 2030, 2040 y 2050, como el Reino Unido, la mayoría no lo tiene.
Entonces, si bien la promesa es llegar a 2050 o antes sin emisiones en países desarrollados, no hay elementos tangibles que nos pueda dar la certeza de que será así.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo después de la cumbre que las promesas no eran suficientes y dijo que algunos países “no estaban haciendo su parte justa del trabajo”. En el 2015, cuando se produjo el Acuerdo de París, los países desarrollados acordaron que reunirían un fondo anual de 100,000 millones de dólares para apoyar acciones en beneficio del medio ambiente en países con escasos recursos.
Esta promesa de hace 7 años no se cumplió,pues la Presidencia de la COP26 informó que este fondo no se iba a poder proporcionar hasta el año 2023.
Acuerdo de deforestación
No todo ha sido malo en esta COP26, al menos se logró un acuerdo más o menos concreto para frenar la deforestación en el mundo, ya que más de 100 países se han comprometido con acabar con la deforestación para 2030. Para ello, se cuenta con el apoyo financiero de 8.7 billones de dólares de parte de gobiernos y 5.3 billones desde las corporaciones.
Los países en vías de desarrollo recibirán fondos para impulsar proyectos tanto de agricultura sostenible y comerciales, como para luchar contra inundaciones, sequías e incendios forestales.
También se proporcionarán fondos para iniciativas que busquen garantizar que se respeten los derechos de las comunidades indígenas. Se estima que alrededor del 80 % de la biodiversidad del mundo se concentra en las regiones donde se encuentran las comunidades indígenas.
Adiós energía de carbón
190 naciones, así como organizaciones financieras institucionales, acordaron una serie de medidas para acabar con el carbón como fuente de energía global.
Los compromisos se emitieron a través de la “Declaración de transición global de carbón a energía limpia”, que captura la eliminación de carbón de los gobiernos y el sector privado en países en desarrollo, naciones vulnerables y algunos de los mayores contaminadores del mundo. La coalición acordó eliminar gradualmente la energía del carbón de las principales economías en 2030 y 2040 para el resto del mundo.
La coalición acordó eliminar gradualmente la energía del carbón de las principales economías en 2030 y 2040 para el resto del mundo. Esto se entregará como parte de una “transición justa” que beneficia a los trabajadores y las comunidades que actualmente dependen de la industria del carbón.
Crítica, ¿sana o insana?
Una de las principales críticas a la COP26 viene de parte de la activista sueca Greta Thunberg, quien ha venido desestimando la efectividad de la cumbre desde hace muchos meses.
“No es un secreto que la COP26 es un fracaso. Debería ser obvio que no podemos resolver una crisis con los mismos métodos que nos llevaron a ella, en primer lugar. Necesitamos recortes anuales drásticos e inmediatos de las emisiones como nunca se ha visto en el mundo. La gente en el poder puede seguir viviendo en su burbuja llena de fantasías, como el crecimiento eterno en un planeta finito y las soluciones tecnológicas que aparecerán repentinamente de la nada y borrarán todas estas crisis sin más”, fueron sus palabras.
Pero no todas las críticas y señalamientos se produjeron fuera del lugar donde se estaba llevando a cabo la cumbre. El expresidente de Estados Unidos Barack Obama acusó a los gobiernos de Rusia y China por mostrar una “peligrosa falta de urgencia” sobre el cambio climático. Estas palabras se motivaron principalmente a que los jefes de Estado de ambos países, Vladimir Putin y Xi Jinping, no asistieran personalmente al evento.
Los gobiernos de Rusia y China no se quedaron callados ante los señalamientos. El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, respondió: “Estados Unidos, como el mayor emisor acumulativo de gases de efecto invernadero, debe hacer frente a sus responsabilidades históricas y mostrar una mayor ambición para reducir sus emisiones. Los lemas no sustituyen a la acción”.
Por su parte, el portavoz ruso, Dmitry Peskov, defendió el programa climático de Rusia y dijo que su país estaba tomando medidas “coherentes, reflexivas y serias”.