3 medidas urgentes que Bayer propone para disminuir las emisiones de CO2 de la agricultura
El cambio climático y el cultivo suficiente de alimentos son un gran desafío para los agricultores. Bayer está comprometido en encontrar alternativas eficaces que ayuden a transformar la agricultura, que conduzcan hacia un futuro con menor huella de carbono de las actividades productivas en el campo y que sean parte de la solución para abordar el cambio climático.
A nivel global, Bayer se ha planteado objetivos de sustentabilidad agrícola para convertir sus operaciones en carbono neutral y ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 30% para 2030. Para ello, la compañía desarrolla y promueve un acompañamiento con los agricultores brindando acceso a soluciones innovadoras personalizadas y a buenas prácticas agrícolas. A la vez, busca apoyar a 100 millones de pequeños agricultores en países en desarrollo y economías emergentes, que producen el 80% del suministro de alimentos de la población.
De acuerdo con la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el 31% de las emisiones de efecto invernadero provienen de los sistemas agroalimentarios, lo que se vuelve un tema preocupante ante una población mundial creciente que intensificará las prácticas agrícolas, así como las emisiones de CO2, pues se estima que en el año 2050 seremos 10 mil millones de habitantes (sólo en México, vivirán casi 23 millones de personas adicionales) y la demanda de alimentos crecerá un 70%.
Por ello, cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, que busca sensibilizar a la población sobre esta problemática y encontrar soluciones a la alta concentración de este gas de efecto invernadero. Los esfuerzos en la agricultura están enfocados principalmente en garantizar un mejor manejo del suelo, brindar tecnología de precisión e impulsar iniciativas para volver a capturar parte del carbono liberado a la atmosfera.
Estas son algunas de las prácticas actuales que tienen un impacto positivo en este sector:
- Labranza Cero: cuando el suelo se deja sin labrar o se disminuyen las pasadas del tractor, éste es más capaz de almacenar carbono, nutrientes y agua. Asimismo, el control de malezas y las semillas hibridas contribuyen a una agricultura con poca labranza. Ejemplo de ello, es el sistema VITALA, desarrollado por Bayer e investigadores mexicanos, que permite incrementar el número de plantas de maíz sembradas por hectárea, y aumentar la producción en el mismo espacio de tierra disponible para el cultivo con menos insumos (fertilizantes, tierra, agua, etc.)
- Herramientas de Agricultura de Precisión: que brindan información precisa de lo que sucede en los campos, desde cuándo es el momento adecuado para colocar las semillas, hasta la cantidad correcta de fertilizantes que requieren, lo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Un ejemplo, es Climate FieldView™, una plataforma que proporciona análisis de datos sobre el manejo de los cultivos.
- Esfuerzos de reforestación con drones: una de las consecuencias de la expansión agrícola es la deforestación y la desaparición de humedales, lo que reduce la capacidad del ecosistema para absorber y almacenar carbono. Al desarrollar soluciones que ayudan a los agricultores a cultivar más con menos tierra, también se preservan los hábitats naturales. Incluso, en la actualidad se implementa tecnología que ayuda a reforestar de manera más rápida, como los drones, que permiten hacerlo en áreas de difícil acceso. Solo como un ejemplo de lo que ya se hace en México, el programa de Restauración Ecológica de Precisión, de Bayer, busca recuperar tierra fértil y mejorar la filtración de agua en cuencas ubicadas en los estados de Sinaloa y Chihuahua.
Como líder en los campos de la nutrición y la salud, Bayer está comprometido en continuar innovando en herramientas tecnológicas que favorezcan al desarrollo sostenible y así, vivir en balance con el ecosistema. Sin embargo, se requiere de un trabajo conjunto, autoridades que impulsen la innovación, empresas dispuestas a invertir recursos para ponerlas al alcance de todos y trabajadores del campo dispuestos a implementar esta nueva tecnología para beneficio de su productividad. Juntos, los tres sectores, pueden disminuir las emisiones de CO2 y transformar la agricultura y al mundo.