¿La sustentabilidad es cuestión de género?
Erick Ortiz Vega.
La pregunta parece absurda, pero en los hechos, hay evidencia que hay un sesgo. A las mujeres parece importarles más involucrarse en acciones de sustentabilidad. De acuerdo con algunos estudios de mercado y observaciones en el comportamiento de consumo, la raíz de esta percepción podrían ser las campañas de marketing.
Las mujeres, al igual que los hombres, son objetivos de las campañas de marketing, sin embargo, las empresas que han empezado a tomar conciencia de las repercusiones ecológicas de su cadena de suministro son empresas que enfocan sus estrategias en la audiencia femenina. Aunado a ello, abrumadoramente las bombardean con mensajes de sustentabilidad.
Basta con mencionar campañas de productos de belleza, limpieza para el hogar, ropa, productos de cocina, baño, masajes. Todas éstas, orientadas en mensaje, color, diseño, actores, con sesgo a los ojos, oídos, y mentalidad prejuiciosamente femenina.
También basta con observar que el funcionamiento de la casa sigue, -con tendencia prejuiciosa-, a ser responsabilidad de la mujer. No es sorpresa ni incoherencia que las empresas observan los estudios de mercado para posicionar sus productos y concluyen en apuntalar sus estrategias de comunicación sobre sustentabilidad a la audiencia femenina.
Podría ser debatible la veracidad sobre la conciencia ecológica de dichas empresas que enfocan sus productos hacia el mercado femenino, pero concediendo que sean genuinas, el poder de sus estrategias de mercadeo y comunicación alrededor de la sustentabilidad debe ser puesto a prueba bajo un nuevo sesgo, el incluyente.
Si el mercadeo y la comunicación la realizan mujeres, el objetivo serán las mujeres, independientemente que el producto de por sí tenga un sesgo de compra. Si el mercadeo lo realizan hombres, el objetivo serán los hombres. Si considera que esta deducción es muy simplista, le invito a pensar por un momento en lo que sucede en nuestro mundo digital, en donde la mayoría de los programadores de software son hombres.
Ellos programan los actuales canales digitales de consumo, entretenimiento, vigilancia, seguridad, bajo el sesgo masculino que sus cerebros poseen. El mundo digital es de un sesgo de pensamiento masculino, en donde las resoluciones a problemas, medidas de protección, mecanismos de comunicación, entre otros están diseñados bajo la lógica masculina. ¿Cómo imagina que será el nuevo mundo digital, si la inteligencia artificial está siendo programada bajo el sesgo masculino? Exacto, igual que el mundo físico actual, solo que trasladado a un mundo digital automatizado.
En las campañas de mercadeo, ocurre de manera similar, pero el sesgo es femenino en su mayoría.
Es por ello por lo que apremia la necesidad de inclusión de sesgo mental, no de cuota de género, para la realización de campañas de marketing, lo mismo que para la programación de software y algoritmos de inteligencia artificial.
El poder de las estrategias de marketing, por demás comprobado, en la década actual deben jugar una influencia mucho más relevante. No solo para la generación de ventas, o para la comunicación del valor de las marcas, ahora deberán jugar un papel importante para ayudar a que las acciones de sustentabilidad no sean cuestión de género.
En definitiva, para que el funcionamiento de la casa cambie a no ser solamente responsabilidad femenina, y con ello amplificar las acciones de sustentabilidad ecológica, las campañas de publicidad deben ayudar a soportar que el hombre sea bien visto en ese cargo.
Y otro ejemplo, para que un hombre no crea que llevar una bolsa reusable podría robarle su hombría, hace falta una educación exitosa, la cual podría provenir de las nuevas campañas de marketing de esta década.
Por último, le invito a reflexionar, los prejuicios evitan que se amplifiquen los esfuerzos para realizar acciones en pro de la sustentabilidad ecológica de nuestro planeta. Un sesgo de género mal conducido puede inhibir acciones genuinas.