Entrevista al Ingeniero
Nicolás Mariscal Torroella

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“Generar diálogos: entre la academia, el sector empresarial y las
organizaciones sin fines de lucro es una de mis principales motivaciones”

Ing. Mariscal, ¿qué lo motivó a adentrarse en el ámbito de la responsabilidad social y cómo ha visto su evolución?
Muy buena pregunta Klaus. Yo creo que fueron una mezcla de factores. Primeramente, la formación en
valores que recibí de mis padres aunada a la de los jesuitas, con quienes me eduqué. Esto ha sido la
base de mis convicciones personales. Además, viví muy de cerca la filosofía en acción de grandes
empresarios como Lorenzo Servitje y Jerónimo Arango. El ejemplo de ellos me inspiró.
Todo esto se vio complementado con una visión global a la que he estado expuesto como
miembro del Foro Económico Mundial desde hace ya muchos años, así como de otras
organizaciones que me han dado referencias muy valiosas. He podido ver cómo las
empresas que perduran son aquellas que crean valor para sus clientes de tal manera que
también sus colaboradores, proveedores y distribuidores se ven beneficiados, así como la
comunidad a la que pertenecen.
Creo firmemente que la responsabilidad social paga.
Si las empresas sólo se preguntan cómo vamos a hacer dinero, el planteamiento queda corto para la
era en la que vivimos, llena de retos sociales y ambientales. Las empresas que lideran son aquellas con
una visión integral y que más bien se preguntan, ¿cómo vamos a servir a nuestros clientes sin
acabarnos el planeta que vamos a heredar a las siguientes generaciones? ¿Cómo vamos a tomar parte
en la construcción de un mundo mejor a través de los productos y servicios que ofrecemos?
La visión de la empresa socialmente responsable ha evolucionado. El ADN es el mismo, crear valor; y
en un sentido más profundo, co-crear valor-compartido con y para los grupos con los que nos
relacionamos.
Los cómo para aterrizar esto se han ido robusteciendo y contemplan el respeto a los
derechos humanos, medir el impacto positivo en los ámbitos social, medio ambiental y de gobernanza
(ESG). Pero incluso ya va más allá, al punto de buscar la regeneración del medio ambiente.
La conciencia de optar por este tipo de desarrollo viene de varios lados, desde las Naciones Unidas con
la agenda de desarrollo 2030, la propia demanda de los consumidores, la eminente necesidad de crear
sociedades prósperas e incluyentes y el convencimiento de cada inversionista. Toda esta evolución
obliga a la transformación tanto de las empresas en lo individual, como de las industrias en un sentido
más colectivo.

Tal ha sido el caso de la industria de la construcción.
Como responsable del Comité de Responsabilidad Social en la Cámara Mexicana de la Industria de la construcción y Vicepresidente de CICA
¿Cuál es su visión de la responsabilidad social en la construcción?

Recuerdo cuando Netzahualcóyotl Salvatierra, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la
Construcción, me invitó a sumarme a la Comisión Ejecutiva en el año 2007, creando una posición nueva,
específicamente dedicada a este tema. Comenzamos a sentar las bases, primeramente, con el código de
ética en la propia cámara. En los años subsecuentes he contado con la confianza de los demás
presidentes de esta organización para seguir haciendo camino en materia de sustentabilidad. He
encontrado a muchos aliados convencidos de implementar acciones específicas para generar impacto
positivo en materia de seguridad para los trabajadores de las obras, creación de empleo digno con
mayores salarios, inclusión laboral, manejo de residuos sólidos, atención comunitaria, transparencia,
líneas de denuncia, respeto a los derechos humanos y cumplimento de las normas laborales, entre otras.
Como Institución nos adherimos al Pacto Mundial con las 44 delegaciones. Asimismo, como industria
promovemos la construcción sustentable. Esto implica diseñar, construir y operar edificaciones de
manera que sean eficientes en el uso de recursos como agua y energía, a lo largo de su ciclo de vida,
buscando reducir la huella de carbono. Construir con estas características puede generar grandes
ahorros en el mediano y largo plazo. Existen diversas certificaciones para los proyectos con estas
características.
Desde una perspectiva más global al frente de
la Vicepresidencia de CICA, la Confederación Internacional de Asociaciones de Contratistas,
encontramos que la agenda de desarrollo 2030
ha sido adoptada por la banca multilateral a fin de promover proyectos que generen prosperidad y
sustentabilidad. Contamos con diversos grupos de trabajo entre los que se encuentran:
anticorrupción, seguridad y la construcción 5.0, enfocada a la alineación de las innovaciones
tecnológicas y digitales
para el sector de la construcción con la dimensión de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y al Acuerdo de París sobre cambio climático.
Ingeniero, además de su aportación en materia de sustentabilidad y
responsabilidad social, usted fundó, junto con la Universidad
Iberoamericana, en agosto del año 2020, la cátedra Construir para el
Bien Común y el Desarrollo Sostenible, que también lleva su nombre.
¿En qué consiste esta cátedra y cuál fue su principal motivación para
fundarla?

Mi principal motivación fue dejar un legado en materia de responsabilidad social, dirigido principalmente
a la comunidad universitaria (incluyendo tanto a estudiantes como a académicos), pues creo en los
jóvenes y su capacidad de innovar. Mi intensión fue generar diálogos entre la academia, el sector
empresarial, las organizaciones sin fines de lucro y diversos actores, todos relevantes para lograr
sinergias y transformaciones sistémicas. Me asumo como corresponsable para poner lo que está a mi
alcance (contactos, recursos, experiencia y voluntad), y empoderar a las generaciones a las que les
estamos entregando el bastón.
La oferta de la cátedra es gratuita y abierta a quienes deseen aprovecharla. Contamos con
generación de conocimiento a través de simposios, conferencias magistrales y paneles sobre temas
diversos que van desde innovación, agenda de desarrollo 2030 y emprendimiento, entre otros.
A la fecha hemos tenido la participación de más de 120 expertos cuyas ponencias ya forman parte del catálogo a consultar.
Por otra parte, llevamos a cabo un concurso anual denominado “El Reto”. Se trata de una invitación
para que los estudiantes de diversas universidades, de cualquier lugar de la República Mexicana,
propongan iniciativas con impacto sostenible. Las personas que se inscriben a este concurso tienen
acceso a talleres gratuitos sobre liderazgo creativo e innovación, modelo de negocios, finanzas y
mercadotecnia digital, entre otros.
Desde mi punto de vista, quien se inscriba, ya ganó
simplemente por la oportunidad de tomar los talleres. Desde luego, las propuestas más
destacadas reciben una pequeña remuneración económica y la posibilidad de tener un
seguimiento con Enactus, organización que promueve el emprendimiento con técnicas probadas
que permiten cristalizar las ideas en negocios de impacto.
Además de Enactus, en la cátedra contamos con el apoyo de Junior Achievement, organización con
la cual me he comprometido desde hace mucho tiempo y que también promueve el
emprendimiento y reconoce el liderazgo transformador en el Salón del Empresario.
Ing. Mariscal, lo encontramos participando en foros de alto nivel como el Foro Económico Mundial, el US Mexico CEO Dialogue, el Consejo Estratégico Franco Mexicano, la Alianza por la responsabilidad social,
el Centro Nacional de Apoyo para Contingencias Epidemiológicas y Desastres, A.C. y la Cumbre de Negocios, entre otros. Cómo presidente del Consejo de Marhnos, ¿qué lo ha llevado a involucrarse
en todas estas iniciativas?

Me gusta participar en estos espacios porque
aprendo mucho. El contacto con las demás personas me enriquece y, sobre todo, cuando se trata de
ayudar. Independientemente de mi rol como presidente del Consejo de Marhnos, creo en todas estas
iniciativas
y en las causas que atienden.

Por ejemplo, por su ubicación geográfica, nuestro país es propenso a sismos, ciclones, huracanes,
erupciones volcánicas, inundaciones y sequías. Además de responder en la emergencia, como lo
estamos haciendo ante el huracán Otis, creo firmemente que necesitamos prevenir, gestionar
riesgos y construir capacidades para ser más resilientes, por eso me he involucrado tanto con el
CENACED, Centro Nacional de Apoyo para Contingencias Epidemiológicas y Desastres, A.C.,
así como con ARISE, la Alianza del Sector Privado para la Construcción de Sociedades
Resilientes.

Estoy muy orgulloso del trabajo que ha hecho Marhnos en materia de responsabilidad social al sumarse a la agenda de desarrollo 2030 y al adoptar los ESG desde la estrategia de negocio. Nuestro propósito es
construir bienestar en todo lo que hacemos. La cultura de la empresa pone a la persona en el centro y eso me deja muy satisfecho, aunque siempre hay espacio para mejorar.
El crédito es de la Dirección General y de cada líder dentro de la empresa. Yo no estoy en la
operación y eso me permite involucrarme con todas las iniciativas que comentas. El US Mexico CEO
Dialogue y el Consejo Estratégico Franco Mexicano, me entusiasman mucho porque crean
puentes multilaterales y se enfocan en proyectos concretos.
Por ejemplo, desde el Consejo
Estratégico Franco Mexicano logramos promover acciones para hacer de Campeche una Ciudad más
sustentable.
Le llaman el constructor de puentes, ¿a qué se debe esto?
Yo vengo de cinco generaciones con vocación de construir. La vida se va rápido y es importante
dejar un legado. Una de las mayores riquezas que una persona puede tener son sus relaciones
interpersonales. Las redes que construimos unos con otros nos ayudan a lograr lo que jamás
podríamos hacer solos. Por eso, una de mis más grandes pasiones es construir puentes entre las
personas, las organizaciones y actores diversos, a fin de provocar sinergias y ayudarnos unos a otros a
cumplir nuestros sueños.

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