IA responsable

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La nueva frontera de la Responsabilidad Social Corporativa

Por Mario R. Paredes, PhD en Dirección Empresarial

La Inteligencia Artificial (IA) ha dado muchos beneficios a las organizaciones que, a su vez, tienen un impacto directo en la sociedad. Un ejemplo son los resultados de la clínica Mayo al hacer uso de esta tecnología. En el sector de la salud, la IA ha acelerado el diagnóstico e identificación de riesgos de algunas enfermedades crónicas que permiten una intervención temprana, incluso cuando los pacientes aún no experimentan síntomas.

Ejemplos como este, pueden encontrarse en diversos ámbitos, como en la eficiencia de uso de energía para sistemas productivos, la creación de nuevos productos, la educación personalizada o el ser más inclusivos al brindar tecnología para personas con habilidades diferentes.

Por otro lado, no se pueden ignorar los efectos negativos que también pueden surgir. En 2018, Amazon daba de baja un sistema de reclutamiento que utilizaba IA por su prejuicio en contra de la contratación de mujeres. Había sido entrenado con datos en los que la mayoría era hombres, y cuando el sistema detectaba la palabra “mujer” o “mujeres” incurría en un sesgo que resultaba en discriminación.

Además, el uso de la IA genera un impacto ambiental que no puede ignorarse, podría compararse con un motor de alto rendimiento, que ofrece potencia, pero consumiendo recursos de forma significativa. Se estima que los centros de datos de IA en Estados Unidos consumen el equivalente de energía a la capacidad solar de dicho país, las proyecciones sugirieren un aumento significativo de la cifra, que generará un impacto mayor en el cambio climático.

Una pregunta natural es: ¿Están alineados los esfuerzos de la IA con la RSC? Esto es, si la IA aporta directamente a la RSC de la empresa. Según una encuesta global realizada por MIT Sloan Magazine y Boston Consulting Group a 1.000 ejecutivos, el 90 % considera que sus esfuerzos están vinculados, pero en diferente medida, teniendo respuestas en diferentes grados, desde 23 % a gran medida, a 18 % que considera que aún es un nivel muy inferior.

¿Qué pueden hacer las organizaciones para alinear la IA con la RSC?

Primero, las organizaciones deben integrar principios responsables en el uso de IA, por ejemplo, establecer auditorías para identificar potenciales riesgos; garantizar la transparencia en los datos de entrenamiento de los sistemas y adoptar regulaciones que guíen su uso. El diseño debe considerar los valores corporativos y sociales.

Segundo, las empresas deben aprovechar el potencial de la IA para impulsar sus compromisos de sostenibilidad, esto se puede lograr a través de enfocarse en soluciones que optimicen recursos y reduzcan el impacto ambiental. Iniciativas como el compromiso de Microsoft de operar con energía 100 % libre de carbono para 2030 demuestran cómo las organizaciones pueden integrar estas prácticas en sus estrategias, alineando la innovación tecnológica con la sostenibilidad ambiental.

Finalmente, las organizaciones tienen la oportunidad de diferenciarse en el mercado desarrollando los elementos anteriores, bajo lo que se denomina “IA responsable”. Esto significa ir más allá de la eficiencia operativa y considera cómo la implementación de la IA tiene contribuciones positivas.

La alineación entre IA y RSC no es solo una opción, sino una necesidad estratégica para las organizaciones que buscan prosperar en la era digital mientras contribuyen positivamente a la sociedad.

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