DEL ECOBLANQUEO (GREENWASHING) AL ECOSILENCIO (GREENHUSING)

MOMENTOS DE DEFINICIONES
Por Yves Hayaux-Du-Tilly
Socio de Nader, Hayaux & Goebel experto en seguros y reaseguros de América Latina, líder de la oficina pionera de NHG en Londres
Jenny Ferrón
Socia de Nader, Hayaux & Goebel especialista asesora de empresas y fondos de inversión mexicanos y extranjeros.
Ana Paula Telleria
Socia de Nader, Hayaux & Goebel, especialista en valores y mercados de capital, con experiencia significativa en operaciones garantizadas
Uno de los desafíos para quienes buscamos orientar nuestras acciones y empresas hacia un modelo de ne- gocios sostenible es el ecoblanqueo (greenwashing)1. Esta práctica, descrita como el arte de decir mucho y hacer poco, se basa en informes sin estándares claros, métricas sesgadas o inventadas y estrategias de marketing que presentan medias verdades a conveniencia. Muchas organizaciones proclamaban su compro- miso con la sostenibilidad sin acciones concretas que lo respaldaran.
Con el tiempo, gracias a esfuerzos tanto del sector público como privado, se han logrado avances significa- tivos en transparencia y rendición de cuentas. Autoridades nacionales e internacionales, junto con inver- sionistas institucionales, comprendieron la necesidad de establecer criterios claros y estandarizados para evitar la manipulación de información.
Un paso clave ha sido la adopción en México de las Normas Internacionales de Información Financiera de Sostenibilidad, emitidas por el International Sustainability Standards Board, formalizadas el 28 de enero de 2025. Estas regulaciones representan un hito para garantizar que la sostenibilidad sea un compromiso medible y exigible.
No obstante, si bien el ecoblanqueo ha sido un problema, ahora enfrentamos un fenómeno contrario: el eco- silencio (greenhushing). Esta tendencia implica minimizar o incluso ignorar las acciones necesarias para frenar el cambio climático. En un giro preocupante, líderes políticos de potencias mundiales han adoptado discursos que sacrifican los avances logrados en sostenibilidad a favor de un crecimiento económico inme- diato.
Empresas e inversionistas ahora sienten presión para reducir sus compromisos ambientales en busca de resultados financieros a corto plazo.2
Un claro ejemplo de esta regresión se observa en Estados Unidos, donde algunas de las principales gesto- ras de activos anunciaron su retiro de inversiones climáticas tras la victoria electoral de Donald Trump, incluyendo la Net-Zero Banking Association y la Net Zero Asset Managers Initiative. Este giro ha sido im- pulsado, en parte, por presiones políticas y litigios, lo que demuestra la fragilidad de ciertos compromisos frente a intereses económicos inmediatos.
Sin embargo, también existen ejemplos de congruencia y firmeza. En California, un estado severamente afectado por el cambio climático, sus autoridades han formado una coalición con otros estados para man- tener sus compromisos con las metas del Acuerdo de París, a pesar de la salida oficial de Estados Unidos. Estos estados siguen impulsando políticas sostenibles y liderando con el ejemplo.3
Si hay un momento para definir posturas, es este. Las decisiones que tomemos hoy no solo afectan el futuro de nuestras empresas, sino también el de las generaciones venideras. No se trata simplemente de actuar cuando la presión es evidente, sino de hacer lo correcto porque es lo correcto, con integridad y sin esperar incentivos externos.
La pregunta es clara: ¿actuaremos con la determinación y el compromiso necesarios para asegurar un futuro sostenible o cederemos ante las presiones momentáneas que buscan revertir los avances conseguidos?
ES MOMENTO DE INTEGRIDAD, CONGRUENCIA Y DEFINICIONES