La presentación del modelo “Oaxaca Slip On” de Adidas, inspirado en huaraches tradicionales de Villa Hidalgo Yalálag, Oaxaca, desató un debate sobre los límites entre la inspiración y el aprovechamiento comercial de elementos culturales. Para esta comunidad tzotzil, el huarache no es una tendencia de moda, sino un símbolo de identidad transmitido por generaciones.
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) advirtió que el uso del diseño no contó con autorización ni consentimiento del sujeto colectivo que lo resguarda, lo que configura un caso de apropiación cultural. Según el organismo, los huaraches de Yalálag tienen un valor intangible que no puede reducirse a un producto comercial y cuyo uso está protegido por derechos colectivos.
La Constitución mexicana, en su artículo 2°, y la Ley Federal de Derechos de Autor refuerzan esta protección, reconociendo el derecho de las comunidades a preservar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural. El marco legal obliga a que cualquier uso de estos elementos cuente con consentimiento libre, previo e informado.
La presidenta Claudia Sheinbaum informó que Adidas deberá resarcir el daño a la comunidad y que ya se encuentran en diálogo para lograr un acuerdo. El gobierno analiza también la posibilidad de emprender acciones legales si no se alcanza un entendimiento. Marina Núñez, subsecretaria de Desarrollo Cultural, confirmó que la marca ha iniciado conversaciones con el gobierno de Oaxaca para garantizar un resarcimiento.
En materia de responsabilidad social corporativa, el caso expone la falta de un proceso de consulta y beneficio compartido. Especialistas señalan que las marcas pueden integrar elementos culturales de forma respetuosa si se establecen mecanismos de colaboración, reconocimiento y retribución. El episodio ha sido ampliamente difundido en redes sociales, generando un impacto reputacional que trasciende las fronteras de México.
El INPI subraya que la resolución del caso puede sentar precedentes para la defensa legal del patrimonio cultural. Un posible modelo de colaboración entre empresas y comunidades podría incluir acuerdos de licencia, participación en ganancias o proyectos que fortalezcan las economías locales.
El 11 de agosto, Adidas ofreció una disculpa pública, reconociendo que la sandalia tomó inspiración de una creación ligada a la herencia cultural de Yalálag y anunciando la intención de establecer un diálogo respetuoso con la comunidad. Willy Chavarría, diseñador del modelo, expresó su pesar por no haber trabajado de forma directa y colaborativa con los artesanos locales.



