¿Los gatos podrían vivir hasta los 30 años gracias a un nuevo tratamiento? 

Un nuevo tratamiento para la insuficiencia renal crónica (IRC) en gatos ha generado expectativas sobre la posibilidad de extender la vida de estos animales hasta los 30 años. Sin embargo, la realidad es más compleja.

Desde hace varios meses, se ha difundido la noticia de que un científico japonés ha desarrollado una “vacuna” que podría permitir que los gatos vivan hasta los 30 años. Aunque esta información ha generado entusiasmo, no es tan optimista como parece. El tratamiento en cuestión, desarrollado por el profesor Toru Miyazaki de la Universidad de Tokio, está diseñado para prevenir la insuficiencia renal crónica, una enfermedad que afecta a uno de cada tres gatos mayores de 10 años. Esta enfermedad provoca un deterioro gradual de la función renal y, aunque se puede ralentizar, actualmente no tiene cura.

La insuficiencia renal crónica es una enfermedad silenciosa, cuyos síntomas aparecen cuando el daño a los riñones ya es significativo. Estos síntomas incluyen aumento en la ingesta de agua, pérdida de apetito, vómitos y letargo. Un diagnóstico preciso requiere análisis de sangre y orina. El tratamiento del profesor Miyazaki, basado en la proteína Inhibidor de Apoptosis de Macrófagos (AIM), se encuentra en fase de pruebas. Esta proteína ayuda a los macrófagos, células del sistema inmunitario, a identificar y eliminar desechos que pueden dañar los riñones.

Si bien este tratamiento podría aumentar la esperanza de vida de los gatos al prevenir la IRC, no garantiza que puedan vivir hasta los 30 años, ya que seguirían estando expuestos a otras enfermedades. Además, es importante destacar que la cifra de 30 años se ha difundido a partir de especulaciones no científicas en redes sociales.

En definitiva, aunque el tratamiento de Miyazaki representa un avance prometedor en la lucha contra la insuficiencia renal en gatos, no asegura una vida extremadamente prolongada para estos animales. La esperanza de vida media de un gato doméstico es de unos 15 años, aunque algunos pueden llegar a los 20. El gato más longevo registrado, Creme Puff, vivió 38 años y 3 días, lo que demuestra que alcanzar una edad avanzada es posible, pero excepcional.