Nissan quiere liderar la transición eléctrica en la región. Francisco Medina Montero, gerente de vehículos eléctricos para América Latina, asegura que la meta es clara: neutralidad de carbono en 2050 y 27 nuevos modelos electrificados —19 completamente eléctricos— antes de que termine el año fiscal 2030.
La firma, pionera con el Leaf en 2010, admite que los retos siguen siendo la infraestructura de carga y los costos de adopción. Por eso impulsa soluciones intermedias como e‑Power: el motor que mueve el auto es eléctrico, pero un generador a gasolina produce la energía. El X‑Trail e‑Power supera los 950 kilómetros con un solo tanque, ventaja clave en países con pocos cargadores.
El compromiso no se queda en los vehículos. Las plantas de Brasil, México y Argentina operan con energías renovables y la compañía reutiliza materiales y baterías para almacenamiento energético o iluminación pública. En México instaló paneles solares en distribuidores; en Chile y Argentina abrió puntos de carga al público. Además, teje alianzas con universidades y colegios para formar talento en electromovilidad.
Nissan fue firmante del Race to Zero en 2021 y sostiene dos ejes globales: el Green Program, centrado en reducir impactos ambientales, y el Nissan Social Program, enfocado en beneficios comunitarios. “No se trata solo del medio ambiente, también hay que trabajar con las personas”, resume Medina.
Pese a la resistencia cultural, la experiencia de manejo eléctrica convence: agilidad, silencio y alta tecnología a bordo (frenado de emergencia, sensores, gestión de energía). La marca anticipa dos nuevos lanzamientos electrificados este año en la región. “Nuestro compromiso es cero emisiones y cero accidentes. Estamos trabajando fuerte en esas dos líneas”, concluye Medina.
