La inversión social de Shell México innovando para el futuro: Entrevista a Manuel Morales, Líder de Asuntos Sociales y Comunitarios de Shell México
Por Luis Fernando Martínez
¿EN QUÉ CONSISTE LA ESTRATEGIA DE INVERSIÓN SOCIAL DE SHELL MÉXICO?
La estrategia de inversión social de Shell México sigue un esquema muy detallado, probado y en continua revisión al interior de la organización. Por un lado, mientras que su diseño sigue nuestros lineamientos globales, tiene la flexibilidad para adaptarse a las condiciones locales para que nuestro desempeño social sea relevante para las comunidades en las que operamos. Por otro lado, nuestras iniciativas incorporan aspectos de inteligencia social y experiencias de colaboración con autoridades y otros grupos de interés. Aquí me parece relevante explicar que el diseño e implementación de la estrategia de inversión social forma parte de las tareas del área de Desempeño Social, cuyas funciones principales son diseñar el esquema de relacionamiento comunitario, recolectar inteligencia social y gestionar los impactos y riesgos de nuestra operación. Esta integración nos ayuda a definir proyectos de inversión social que tengan, desde su concepción, un enfoque de gestión integral y estratégico. Por estratégico, me refiero a proyectos que se enfoquen en el largo plazo, que sean diseñados en conjunto con grupos de interés, que incorporen, como lo mencioné, un enfoque de gestión de riesgos, que provean de herramientas para que los grupos de interés puedan apropiarse y sentir suyo el proyecto y, de manera muy importante, que sean dinámicos y adaptables.
¿NOS PUEDES AMPLIAR LOS CONCEPTOS “PROYECTOS DINÁMICOS Y ADAPTABLES”?
En 2019, definimos una estrategia enfocada, principalmente, en atender necesidades comunitarias de mediano y largo plazos que partían de las condiciones que, en ese momento, se encontraban en el país y en las comunidades a las que iban dirigidas. A partir de la aparición de COVID en febrero / marzo de 2020 en México, actuamos muy rápido para adaptar nuestra estrategia a la nueva realidad, a la realidad de las comunidades en donde operamos. Esta adaptación consistió en entender de la mejor manera posible las fases por las que, típicamente, pasa una contingencia: fase de atención a la emergencia, fase de recuperación y fase de estabilidad. Posteriormente, mapeamos estas fases geográfica y temporalmente y, con base en ello, repriorizamos nuestros proyectos de inversión social para reenfocarlos a la atención de dichas fases. Así es como conseguimos adaptar la estrategia para lograr que nuestros proyectos fueran relevantes, oportunos y de acuerdo con los contextos cambiantes en los que operamos.
¿NOS PODRÍAS DAR EJEMPLOS DE PROYECTOS CONCRETOS EN EL CAMBIO DE LA ESTRATEGIA?
Con gusto. Para la fase de atención de la emergencia, nos aliamos con la red de Bancos de Alimentos de México (BAMX) y pusimos en marcha la entrega de más de 10,000 paquetes de alimentos a 2,200 familias en 8 comunidades de Tabasco, Veracruz y Tamaulipas. Si bien el enfoque de este proyecto fue atender a la emergencia, también apoyaba a la recuperación económica de las familias más afectadas que, en muchos casos, también tuvieron que hacer frente a fenómenos naturales, como inundaciones.
Para atender la fase de recuperación económica, nos aliamos con el Laboratorio Nacional de Políticas Públicas (LNPP) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) para implementar talleres de inteligencia colectiva. El objetivo de estos talleres -facilitados por el LNPP y en los que participan representantes de gobierno, empresarios y académicos- es identificar y priorizar aquellos proyectos cuya implementación a nivel estatal puede tener mayor incidencia en la reactivación económica del sector en el que están enfocados.
Para Shell México, este es un programa muy innovador que refleja la necesidad de participación colectiva para identificar lo que es relevante y viable para los estados. Además, este es un buen ejemplo de proyectos de inversión social en donde el objetivo es facilitar herramientas de desarrollo de las que los grupos de interés se puedan adueñar, pues no pretende dar instrucciones, sino generar los espacios de diálogo y colaboración que logren sinergias y esfuerzos compartidos en beneficio de todos. Hasta el momento, ese proyecto ha sido implementado exitosamente en Tabasco y estamos por iniciar su réplica en otros estados costeros del Golfo de México.
Finalmente, para la etapa de estabilidad económica, hemos adelantado la implementación de un programa que es muy innovador y para el que nos hemos aliado con Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (ENDESU). Este proyecto consiste en la instalación de nuevas tecnologías de cultivo y cosecha de ostión en Paraíso, Tabasco usando canastillas flotantes. Aunque este proyecto se encuentra en fase piloto, promete ser más eficiente y amigable con el medio ambiente que los métodos tradicionales. Usando este proyecto como ejemplo, vale la pena mencionar que, en Shell México, nos gustan los proyectos de inversión social innovadores y audaces, no generamos proyectos asistencialistas, por el contrario, buscamos proyectos que aporten nuevas formas de pensar y que resulten en mejoras sustanciales para los beneficiarios.
¿CUÁLES SON LOS SIGUIENTES PASOS PARA SHELL MÉXICO EN TEMAS DE INVERSIÓN SOCIAL?
El diseño e implementación de la estrategia de inversión social y sus proyectos es un trabajo continuo. Como lo hemos hecho hasta ahora, seguiremos atentos a los cambios en los contextos sociales en los que operamos. Nos mantendremos trabajando con enfoques de largo plazo en proyectos que prioricen la creación de capacidades locales, el emprendimiento y la creación de empresas, la diversidad e independencia económica, la transición energética y el acceso a energía, la educación y la diversidad e inclusión. En Shell México, estamos muy entusiasmados por el futuro y, sin duda, nuestra estrategia de inversión social es una herramienta que mira al futuro y que irá evolucionando conforme cambie la presencia de nuestros negocios en el país.