Mitigación del cambio climático, una prioridad global para 2024 cuya inacción nos afecta a todos

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Información por Zurich

El cambio climático y sus efectos se han convertido en el riesgo más apremiante que el mundo enfrenta a mediano y largo plazo. De acuerdo con el Reporte Global de Riesgos 2023 de Zurich -la aseguradora líder en gestión y prevención de riesgos para personas y empresas a nivel mundial-, la falta de una mitigación adecuada del cambio climático se clasifica como una amenaza que se debe atender con prioridad, pero es también el riesgo global para el cual se nos considera menos preparados.

Es decir, el tamaño del problema es mayúsculo ya que representa una amenaza significativa para la biodiversidad y la salud de nuestro planeta; pero al mismo tiempo, existe una falta de acción para limitar el calentamiento a 1.5°C según el 70 % de los especialistas encuestados, quienes consideran que las medidas para prevenir dichos niveles son altamente ineficaces. 

A menos que se tomen medidas 

colectivas eficientes podríamos enfrentar 

un colapso ecológico

¿Qué implican esos niveles de calentamiento?

Comencemos por explicar que, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), se estima que las actividades humanas han causado un calentamiento global de aproximadamente 1.0 °C con respecto a los niveles preindustriales, con un rango de 0.8 °C a 1.2 °C. Pero al ritmo actual, el mundo alcanzaría un calentamiento de 1.5°C entre 2030 y 2052, lo que incrementa el riesgo en la pérdida de ecosistemas y afectaciones para diferentes tipos de zonas del planeta.

Por ejemplo, para las islas pequeñas y zonas costeras bajas, ese nivel de calentamiento amplifica los riesgos asociados al aumento del nivel del mar, lo que puede generar intrusiones de agua salada, inundaciones, daños en la infraestructura y desastres naturales.

En cuanto a las zonas terrestres, los impactos del calentamiento antes mencionado radican en la extinción de especies que generan un equilibrio natural. Por ejemplo, el 6 % de los insectos, el 8 % de la flora y el 4 % de los vertebrados en el planeta perderían más de la mitad de su alcance geográfico determinado.

¿A qué nos ha llevado la inacción? 

La ineficacia que señalan los expertos encuestados es real. El IPCC indica que entre el 20 % y el 40 % de la población humana mundial vive en regiones que ya han experimentado un calentamiento de más de 1.5 °C por encima del nivel preindustrial en los últimos cinco años. Esto a su vez le resta un 50 % de posibilidad, al resto de las regiones, de evitar dichos niveles de calentamiento hacia el 2030.

Ante dichas problemáticas, a menos que se tomen medidas colectivas eficientes, podríamos enfrentar un calentamiento global constante y un colapso ecológico en la próxima década.

¿Qué se requiere hacer al respecto?

Desde la perspectiva de Zurich, se necesita actuar colectivamente para abordar el cambio climático y la mitigación de sus efectos. Es decir, estas acciones no pueden recaer por completo en las empresas, sino que tanto gobiernos, organizaciones no gubernamentales, e incluso la sociedad civil, deben cooperar y abordar el problema en conjunto.

Sumado a lo anterior, la transición a la energía limpia es fundamental en este sentido. Sin embargo, la rápida expansión de la infraestructura ‘verde’ en la búsqueda de la seguridad energética puede tener impactos no deseados en ecosistemas económicos y naturales.

Esto porque las fuentes de energía renovable dependen de recursos no renovables cuya extracción genera impactos ambientales y sociales. De hecho, el reporte señala que en países como Myanmar y El Congo se han extraído elementos con estos fines que han causado deforestación generalizada, destrucción del hábitat de especies en peligro de extinción y contaminación del agua. La limpieza de un ecosistema, no puede ni debe tener como consecuencia la destrucción de otro.

Finalmente, se destaca la necesidad de utilizar la tecnología tecnología para revolucionar los procesos de agricultura y ganadería a nivel global. Esto debido a que se trata de dos actividades que por sí solas ocupan más del 35 % de la superficie terrestre de la tierra y son contribuyentes significativos en emisiones de gases de efecto invernadero. Una recomendación del reporte, por mencionar un ejemplo, es voltear hacia la agricultura vertical, un enfoque cuyo mercado crecerá a una tasa anual compuesta de 26 % y alcanzará los $34 mil millones de dólares hacia el cierre de 2023.

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