El turismo hace frente al cambio climático con un nuevo compromiso.

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Por Federico Morales Dondé

Frente a las toneladas de plástico desechable que usan los hoteles cada año o el CO2 que emiten los aviones, por poner solo algunos ejemplos,  la industria del turismo prometió este semana en el foro de Davos ser más sustentable.

“Si queremos tener una industria más sostenible, como todo el mundo parece querer aquí en Davos, ¿cómo hacerlo sin limitar nuestro crecimiento? No podemos tener las dos cosas a la vez”,

advirtió Carsten Spohr, el presidente de Lufthansa, en una de las sesiones del Foro Económico de Davos , donde este año la cuestión climática ha sido protagonista.

La aviación está en el punto de mira de la lucha contra el cambio climático por sus emisiones de CO2 (alrededor de un 2,8% del total mundial), como demuestra la decisión altamente simbólica de la activista sueca Greta Thunberg  de no viajar nunca en avión, ni siquiera para cruzar el océano.

Sin embargo Spohr también recordó en su discurso que otras industrias, como la del streaming, suponen un nivel de emisiones comparable al del transporte aéreo. Además, según él, los clientes todavía no están dispuestos a pagar más para viajar en un avión con biocombustible, una opción que ya están ofreciendo algunas compañías.

Las cifras son espectaculares:

  • En 2030 se llevarán a cabo en el planeta 1.800 millones de viajes internacionales, el doble que hace 20 años. Y eso sin contar los viajes domésticos, que siguen aumentando.

El impacto medioambiental del turismo tiene otras caras, como el uso el plástico desechable, que la Unión Europea decidió prohibir pero que se usa en muchos lugares del planeta.

“Ninguno de nosotros tiene su mejor comportamiento cuando está en una habitación de hotel”,

reconoció Arne Sorenson, el presidente de Marriott International —-un gigante de la hostelería mundial con presencia en más de 130 países-— para explicar que no es fácil cambiar las costumbres de los clientes, tampoco en materia ecológica, cuando están de vacaciones.

En los últimos años se han hecho esfuerzos para limitar por ejemplo la cantidad de ropa y toallas que se lavan en los hoteles o el uso del agua, pero el plástico sigue siendo un problema.

Sorenson explicó que su grupo dejará de regalar las pequeñas botellas de plástico con champú y productos similares que hasta hora ponía en la habitaciones y que en el caso de Marriott, representan la impresionante cifra de 500 millones de frascos al año.

Otro de los grandes problemas del sector es la masificación.

“A muchos de nuestros clientes no les importaría cambiar su destino por otro más sostenible pero no tienen información. Es algo que podría ayudar a luchar contra la masificación”,

dijo Gillian Tans, la presidenta de Booking.com, una de las principales plataformas de reservas de alojamientos turísticos del mundo.

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